06/07/2019 / Exitosa Noticias / Columnistas / Actualizado al 09/01/2023
Los mercados bursátiles estadounidenses siguen escalando posiciones y marcando nuevos máximos históricos.
Ello a pesar de los enormes líos armados por Trump y la respuesta del jerarca chino y hasta de la gente que ya se hartó de la interferencia norteamericana en varios países europeos.
Muchos analistas creen que la Reserva Federal de Estados Unidos, parece decidida a tomar las medidas oportunas para que la expansión económica prosiga y por ello se asegura que bajarán la tasa de interés en la próxima reunión del FOMC.
Asimismo, muchos inversores apuestan a que Trump, que está inmerso en plena campaña electoral de cara a las elecciones del próximo año, siga fomentando la bonanza.
Los analistas de Goldman Sachs no se han mostrado optimistas y piensan que habrá de todas formas una corrección bursátil severa.
El blog in bestia señala que se han basado en un indicador propio que combina por un lado las valoraciones bursátiles con el PER Shiller del S&P 500 y el indicador propio de ellos de actividad económica estadounidense.
Pero los mercados continúan subiendo e ignorando la ralentización económica, la posible burbuja de renta fija y la guerra comercial.
Goldman Sachs se plantea entonces dos aspectos de explicación. Las declaraciones y noticias derivadas de la guerra comercial. Y, los movimientos de los bancos centrales.
Una prueba fue la reacción de la Fed, cuando Trump criticó acremente a Mario Draghi del BCE por ir contra el dólar al prometer “estímulos adicionales” de baja de interés y QE si no mejoraban las perspectivas económicas.
Goldman Sachs apunta a que la condición sine qua nom para que la bonanza siga, es la mejora del crecimiento económico. Si no es así, todo dependerá de la política y eso es un riesgo de vulnerabilidad enorme, acotan. El problema con China e Irán, así como la política de los centrales, cobra profunda atención.
Lo paradójico es que no sería de extrañar que el mercado prosiguiera la senda alcista, dado que siguen las negociaciones. Pero hay quienes dicen que hay signos clásicos de fin de ciclo como la caída de la inversión inmobiliaria residencial en EEUU o una curva Yield de tipo invertida. O aquello de que las altas valoraciones de segmentos importantes del mercado, en parte causadas por el notable caudal de liquidez que ha venido de los bancos centrales en la última década y los tipos de interés bajos. Ello no es halagüeño para nada, sentencian.
¿A quién le creemos?