20/03/2019 / Exitosa Noticias / Columnistas / Actualizado al 09/01/2023
Esta es la historia del español Francisco Boix, combatiente que fue recluido en uno de los campos de concentración nazi después de la Guerra Civil Española. Él fue destinado al laboratorio fotográfico del campo de concentración de Mauthausen, en Austria y, gracias a su valentía e inteligencia, supo esconder los negativos de las atrocidades que se cometían allí para denunciar estos actos a través de la prensa.
Como se ve en la cinta (2018), aprende el arte de la inmortalización de las escenas de la mano de Paul Ricken, integrante de la SS nazi. Una persona que no solo estaba al servicio de Adolfo Hitler, sino que era muy sofisticado con su trabajo. Por ejemplo, luego de asesinar a los prisioneros, solicitaba que acomoden los cuerpos con la finalidad de hacer más crudas las escenas de sus tomas.
En la película, que está disponible en la plataforma de streaming Netflix, Mario Casas -Boix- desarrolla un personaje que articula a los prisioneros para poder sacar del campo de concentración los negativos. Es, además, una especie de caudillo entre ellos, pero también un beneficiario del régimen. Al trabajar en el área de fotografía, se gana la confianza de los nazis, hace de fotógrafo en sus eventos privados e, incluso, accede a prostitutas por cumplir las órdenes de estos. Puede ver a Casas en otra faceta en la película Contratiempo (VOZ EN OFF 007).
El fotógrafo de Mauthausen es una película que nos aproxima a las aberraciones cometidas por los nazis y, también, nos cuenta parte de la historia de ese campo de concentración, famoso por la denominada 'Escalera de la muerte', una construcción de 186 peldaños, desde la cual eran lanzados los prisioneros mientras cargaban bloques de granito sobre hombros, y que se puede ver en la cinta.