07/04/2020 / Exitosa Noticias / Columnistas / Actualizado al 09/01/2023
Si esperábamos un final, debemos aceptar que hemos sido engañados. Hemos caído redonditos en una trampa digna del Profesor. La cuarta temporada de La Casa de Papel no nos ha llevado al oro fundido ni al escape de la banda, sino a todo lo contrario.
Tras ingresar al Banco de España y recuperar a Río, ahora los dalíes se enfrentan a una larga tensión producto de un plan que se les escapa de las manos. Con el falso asesinato de Lisboa, la serie nos muestra a un Profesor sumamente vulnerable, que no puede pensar, y que ratifica su perenne frase: no enamorarse en un atraco.
Sin embargo, los flashbacks nos ayudarán a reordenar las ideas y justificar el porqué de los cambios de roles. Palermo pasa a ser un enemigo momentáneo, cegado por su egocentrismo y su necesidad de que cumplan sus órdenes, convirtiendo a Tokio en la líder táctica del robo.
Ella logra reponer al Profesor de la estrategia -bien urdida- de la Policía, y lo ayuda a restablecer su coherencia en medio del caos. Uno de los imprevistos será no perder a Nairobi, pero el jefe de seguridad del gobernador del banco se la tiene jurada y hace del encierro un real infierno.
Tras la captura de Lisboa, se pone en marcha el Plan Hamelín y el Plan París, que solo logrará volver a juntar a la banda y dotarla de poder frente a las autoridades y, sobre todo, la población.
Sin embargo, ¿cómo el Profesor pensará cumplir su palabra y sacarlos de ahí con el oro? Eso se verá, indiscutiblemente, en una quinta temporada, la cual deberá resolver cómo la inspectora Alicia Sierra -ahora prófuga y buscada por su propia institución- aborda a su presa, sin caer en su juego. ¿Pacto a la vista? ¿Nueva integrante? Son preguntas pendientes por resolver.