OPINIÓN | Carlos Jaico: Seguridad alimentaria para todos los peruanos
El problema de la urea se inicia durante la gestión de Víctor Mayta Frisancho en el mes de diciembre 2021, con la postergación innecesaria de la compra de fertilizantes. En ese mes se pudo avanzar con la elaboración de un decreto de urgencia (DU), por un monto aproximado de 730 millones de soles, para la compra de fertilizantes.
Esta gestión se estancó el 8 de febrero de 2022 con la llegada de Óscar Zea Choquechambi como nuevo ministro de Desarrollo Agrario y Riego (Midagri), con poca experiencia en el sector agrario.
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La gestión de la compra de fertilizantes se retomó en la última semana de marzo, y la elaboración del DU se culminó en la primera quincena de abril. Otro motivo de retraso habría sido que el Midagri pretendía que el Programa de Compensaciones para la Competitividad (Agroideas) compre los fertilizantes, pese a no contar con experiencia en ese campo. Finalmente, el 19 de mayo se aprobó el DU, pero esta vez se había reducido el presupuesto a 348 millones de soles y se compraría solamente urea.
Súbitamente el ministro Oscar Zea fue reemplazado por Fernando Arce. La primera convocatoria para la compra de 73 mil toneladas de urea se declaró desierta el 5 de junio. Luego vendría la segunda convocatoria dejada sin efecto por la intervención de la Contraloría, al detectar irregularidades en el proceso. Con el cambio del director ejecutivo del Programa de Desarrollo Productivo Agrario Rural (Agro Rural), su sustituto procedió a un cambio de funcionarios, colocando a gente sin mayor conocimiento ni experiencia en el tema de la urea. En la tercera convocatoria, Midagri aún no ha firmado el contrato con la empresa y, en caso de no firmarlo, el concurso sería declarado desierto.
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Un año después de la tan anunciada segunda reforma agraria, no ha llegado la preciada urea a los agricultores del Perú. Un nuevo proceso de licitación tomaría entre 2 a 3 meses, lo cual generaría escasez del fertilizante para la próxima campaña agrícola. A la evidencia, esta situación generará escasez de alimentos en el mercado peruano.
Sin embargo, solo se habla de urea. Pero la pregunta sería de saber si el Estado está garantizando la provisión de fosfatos, componente fundamental de la producción de papa, por ejemplo. Esa discusión sigue ausente, lo cual demuestra la falta de visión y planificación en este sector, y pone en riesgo la seguridad alimentaria de todos los peruanos.
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