OPINIÓN | Carlos Jaico: Reformas para el Perú: ¿Es necesario un segundo referéndum?
La crítica a la Constitución francesa de 1793 del Marqués de Condorcet, en su artículo “A los ciudadanos franceses sobre la nueva Constitución”, le ocasionó serios problemas con la Convención Nacional y su brazo ejecutor, el Comité de Salud pública encabezado por Robespierre. Para sustentar su posición escribió sus “Fragmentos de justificación”. En él precisaba que le parecía útil organizar un medio a través del cual el pueblo pueda expresar su opinión sobre cualquier reforma, de manera que una insurrección no fuera necesaria. Condorcet planteaba hacer del referéndum el medio para que el diálogo y el voto prevalezcan sobre las armas y la violencia. Entendió que el alejamiento de la clase política del pueblo originaba el disfuncionamiento del sistema parlamentario y la crisis de representatividad.
Hace un año nuestro país vivía sus peores horas de incertidumbre. Por una parte, los audios de la vergüenza destapaban la podredumbre en el sistema nacional de justicia y sus principales cabecillas. Hoy, el Consejo Nacional de la Magistratura ha desaparecido y se hacen los esfuerzos para tener una Junta Nacional de Justicia. Cada vez más cerca de rendir cuentas a la justicia quedan un ex juez supremo -pronto a ser extraditado- y algunos Cuellos Blancos, que persisten en sus puestos gracias al blindaje de la mayoría en el Congreso. El resumen de esta primera etapa, aún inconclusa, es que el Perú recupera su credibilidad. Sin el referéndum esta reforma no se hubiese logrado.
Sin embargo, la crisis de representatividad continúa si vemos que el Congreso persiste en su conducta obstruccionista. Se siguen alimentando las pugnas entre bancadas y se ejerce el poder desde la mesa directiva y comisiones. Un año después, viven alejados de los verdaderos problemas del país, acrecentando el descontento popular. De esta segunda etapa, acaban de aprobar una reforma política deformada. ¿Podemos esperar nuevas reformas en favor del desarrollo?
Dos siglos han pasado y las conclusiones del constitucionalista Condorcet siguen vigentes. Los hechos lo confirman porque temas de relevancia para los peruanos siguen en manos de quienes no ven más allá de su escaño. Es así que el camino hacia un nuevo referéndum se deja entrever, porque es necesario colmar la brecha de representatividad. También, es imperioso reforzar nuestra democracia con la participación del ciudadano. Es él quien debe ser llamado a la toma de decisiones, sobre los grandes temas del país. Es allí que el referéndum ofrece la estabilidad necesaria, para consolidar nuestra institucionalidad y gobernabilidad.