OPINIÓN | Carlos Jaico: Mikhail Gorbatchev, el hombre de paz
La caída del Muro de Berlín en diciembre de 1989, vino a confirmar la progresiva disolución de la Unión Soviética acaecida en 1991 con la separación de sus naciones y el fin de la guerra fría. Estos hechos, impulsados por la fuerza de la historia, tuvieron como principal gestor a Mikhail Gorbatchev, secretario general del Comité Central del Partido Comunista soviético.
En Rusia, pocos comprendieron su gesto llegando a ser considerado responsable de la caída de la Unión Soviética. Tan es así que, en las elecciones presidenciales de 1996, solo 0.5% del electorado votó por él prefiriendo a Boris Yeltsin, quien declaró el fin de la Unión Soviética y el nacimiento de la Comunidad de Estados Independientes. Es así como la historia de los pueblos, ávara en reconocimiento a sus grandes líderes, lo abandonó por circunstancias coyunturales.
Tal fue el caso de Charles De Gaulle y el referéndum del 27 de abril de 1969. De Gaulle proponía la regionalización y la renovación del Senado, las cuales fueron rechazadas por el pueblo francés. Hoy en día, ambas reformas son una realidad, pero quien las impulsó debió dimitir al día siguiente para nunca más volver.
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Pero, ¿Qué duda cabe hoy que se debía poner fin a 40 años de Guerra Fría? El mundo vivía polarizado, en una constante amenaza nuclear atizada desde la crisis de los misiles con Cuba. Se debía entonces pasar a un nuevo escenario global, menos conservador, de paz y desarrollo. Es así que la década de los años 80 a 90, se avanza al fin hacia la reducción y control de arsenales nucleares, gracias a los acuerdos firmados con Ronald Reagan y George Bush padre. También, ¿Qué duda cabe que la Unión Soviética debía abrirse paso hacia la liberalización de su economía y derechos humanos?
Gorbatchev, le puso de nombre la Perestroika al fin de la planificación centralizada de Stalin. Asimismo, inició la Glasnost, asumiendo la esperada libertad de expresión del pueblo ruso, poniendo fin a la censura del régimen comunista.
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Pese a que el fin de la Guerra Fría no ha eliminado los conflictos en el mundo, con la guerra en Ucrania, estaríamos asistiendo a una nueva polarización política, económica y social. Sin embargo, este siglo XXI aún no ve surgir en Rusia, una figura que vea la luz al final del túnel; que mire más allá de los confines geo-políticos o que brinde al mundo una señal de paz. Gran legado e inmenso reto que nos deja Mikhail Gorbatchev.
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