OPINIÓN | Carlos Jaico: "Liderazgo y visión para el desarrollo"

El destino de Napoleón Bonaparte se selló el 22 de junio de 1815, donde abdicó por la segunda vez para luego ser deportado a la Isla de Elba. Dos semanas después, Luis XVIII recuperaría su trono y, al recibirlo, el prefecto del Sena, Chabrol de Volvic, inventó la célebre expresión de los “Cien días” para calificar el retorno efímero de Napoleón al poder.

Es sobre esta frase que se mide el resultado de las primeras acciones de gobierno. Con lo visto últimamente, ¿qué podemos esperar de ambos candidatos, para estos primeros 100 días?

Conviene precisar que existen nociones fundamentales que se estarían obviando. Así, estas elecciones estarían confirmando la gran ausencia en la política peruana de dos elementos fundamentales para la gobernabilidad. En primer lugar, las definiciones se atropellan en el entendimiento de los electores, confundiendo “jefes de partido” con “líderes políticos”. Lo primero hay, y tantos como los 19 partidos que participaron en estas elecciones. Lo segundo, la clase intelectual que se conocía ya desapareció, por lo menos desde hace 30 años. Vale la pena mencionarlos, debido a que son ellos los llamados a alimentar y animar el necesario debate sobre el tipo de sociedad que se requiere. Pero no solo eso. Su intervención en política influye y le da sentido a la reflexión social. De allí que es fácilmente reconocible saber, cuándo y en qué momento los países tuvieron esa sinergia virtuosa entre lo intelectual y lo político.

En segundo lugar, la ausencia de diferencia entre “planes de gobierno” y “visión de país”. Lo primero hay, y al gusto del elector quien los examina con conmovedora ilusión. Lo segundo, hace tiempo que no se ve en ningún plan de gobierno, porque es allí donde debe figurar. Entonces, si los planes de gobierno no contemplan ninguna visión de país, solo se podría esperar que dure 100 días. Más no habría, debido a que las ofertas electorales encuentran su límite en el tiempo, sin ajustar la propuesta a un derrotero para el país.

Poner al Perú sobre la vía del crecimiento, requerirá un cambio importante en el liderazgo y la visión de país. Liderazgo, porque es en estos momentos en que los peruanos salen de una fase bastante crítica y deben avanzar. Pero también, Visión debido a que, por muchas capacidades y recursos a disposición, necesitan saber cuál es el norte; hacia dónde se va y lo que se debe hacer para llegar.

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