OPINIÓN | Carlos Bazán Zender: Diplomacia y salud
Los temas de salud global se han incorporado en la agenda de la política internacional hasta el punto de reconocer a la misma como parte integrante de la política externa de los países, luego de haber estado comprendida en las políticas exteriores de los mismos hasta las últimas dos décadas. En el siglo XIX surge la diplomacia multilateral, antecedente del desarrollo en el siglo XX de organizaciones con membrecía internacional que fueron la entrada, en el siglo XXI, a la diplomacia multilateral con la participación de países incorporados en organizaciones multilaterales y muchos otros organismos no estatales provenientes del sector privado y la sociedad civil, los cuales han cambiado radicalmente el panorama mundial con acuerdos sobre política exterior en salud que tienen un impacto significativo en los sistemas nacionales de salud.
En el ámbito multilateral se considera a la diplomacia en salud como un procedimiento para alcanzar consensos en las temas relacionados a la salud frente a otros intereses conexos con la política del interés económico, pero considerando valores y principios para alcanzar una óptima seguridad sanitaria entre los países implicados, mejorar la relación entre los estados e incluir un compromiso de diferentes actores para trabajar colectivamente en mejorar la salud, así como un sustento a las metas primordialmente en reducir la pobreza y las inequidades.
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La diplomacia tiene la responsabilidad no solo de simbolizar los intereses de su propio país, sino también los de la colectividad global, actuando dentro de un mundo diverso con una estructura de gobernabilidad integral, no manejada exclusivamente por diplomáticos, ya que el reto es mayor a la conducción de las relaciones entre los Estados y a las relaciones entre éstos y otros actores, participando una gran cantidad de asuntos de la agenda internacional como la seguridad, la salud, el medio ambiente y las finanzas, lo cual involucra un marco regulatorio internacional con el sustento de leyes, duras y blandas; las primeras enunciadas en expresiones de convenciones, tratados, protocolos y la constitución de una organización; y las segundas, en declaraciones, resoluciones, planes de acción, guías y estándares que demandan ratificación por los Parlamentos nacionales, mecanismos de conformidad y términos de convenio. La salud ahora es parte de las políticas económicas y las políticas exteriores, interactúa con las funciones básicas de la política exterior, haciendo que los gestores en política exterior se vean gradualmente involucrados con temas de salud.
* Ex ministro de Salud