23/04/2020 / Exitosa Noticias / Columnistas / Actualizado al 09/01/2023
Cuando nos felicitamos por el Año Nuevo 2020, entre música y bailes y con mucha alegría, no imaginábamos ni remotamente que este año, que ostentaba un número especial, en el que deseamos buenos augurios y felicidades, el destino silencioso y cruel ya estaba previendo un trance crucial para la humanidad.
Hemos sido indolentes en cuanto a los que sufrían. Hemos sido ciegos y sordos a las carencias de muchos, alrededor del mundo, y sobre todo hemos sido insensibles a lo que nuestro planeta está clamando, cuidado y respeto.
Hay una revelación en este asunto, que nos dice lo vulnerable que es el hombre, pues en tan solo unos meses se ha podido contaminar toda la humanidad.
Nadie sabe si fue el ingenio humano guiado por el diablo o si es una advertencia del Creador, pero es cierto que ni armamento de primera categoría, ni bombas sofisticadas han logrado sojuzgar en tan corto tiempo a todo el género humano, como este virus que ataca personalmente a cada individuo sin escoger a nadie, a todos por igual, niños o viejos, ricos o pobres, hombres o mujeres y de todos los colores.
En este momento nos damos cuenta de la deficiencia de gobiernos anteriores, que olvidaron el país por introducirse en la corrupción, dejándolo sin preparación alguna en cuanto a la salud, la educación y la organización laboral, pero no es momentode recriminaciones o lamentos y juntémonos a favor de la vida que es lo principal.
Este trance, que es un látigo a los seres humanos, pasará como una estrella fugaz, pero dejará en su estela las ideas para construir un mundo mejor. Llenémonos de esperanza y mientras anto encontremos felicidad en el encierro en nuestro hogar.
Saquemos lo positivo de esta experiencia jamás pensada, un trance que pasará. Sigamos las reglas impuestas para conservar la saludy el orden y busquemos en la tranquilidad de nuestra casa superar el momento
dando gracias por la protección.
El trance que nos toca vivir nos da tiempo para pensar en los cambios que necesitamos y discernir entre el bien y el mal. Es un periodo para ejercitar la conciencia y no perder la esperanza nunca jamás.