05/09/2019 / Exitosa Noticias / Columnistas / Actualizado al 09/01/2023
La semana pasada asistí a una tertulia literaria en la librería Book Vivant de Miguel Dasso, en San Isidro. Un espacio reducido para contener la emoción de los asistentes. Un rincón donde se vienen desarrollando estos encuentros culturales que elevan el espíritu. Un lugar donde los libros y el buen vino hacen un ambiente especial e imprimen en el distrito una muy loable labor de difusión cultural.
La charla o tertulia tuvo como tema la relación entre diáspora y escritores peruanos y latinoamericanos en los Estados Unidos y Europa. Los movimientos migratorios de gente que deja sus países por diferentes motivos y se tiene que integrar a un país ajeno, unas veces satisfactoriamente y otras con dolor. La mesa estuvo formada por cuatro distinguidos académicos y profesores de diferentes universidades del Perú y el extranjero, que habían tocado este tema en sus libros, artículos o conferencias.
Ximena Briceño, de la Universidad de Stanford, expuso sus experiencias con alumnos, de origen latinoamericano, inclusive algunos indocumentados, tan ricos y valorados en experiencias y expresión. José Antonio Mazzotti, de la Universidad de Tufts, en Boston, puso en el tapete los muchos peruanos que residen en los Estados Unidos e incursionan en la literatura. Ya reconocidos son un ejemplo de las letras que amalgaman conceptos. Paolo de Lima, de la Universidad de Lima y la Universidad de San Marcos, leyó y comentó tres cuentos de Carlos Calderón Fajardo, Jorge Valenzuela y Claudia Salazar relacionados con el exilio en ciudades cosmopolitas del primer mundo. Eduardo González Viaña, de Western Oregon University, disertó sobre sus novelas El camino de Santiago y El corrido de Dante como una revelación comprobada en carne propia sobre el sufrimiento de los tantos latinoamericanos que sienten que sus sueños están en el país al norte de nuestro continente.
Una noche interesante e intensa para el pensamiento. Un lugar donde su dueño, Guillermo Rivas, ha apostado por la cultura y nos brinda un espacio donde se realizan charlas y tertulias que elevan el ambiente cultural. Finalmente, y refiriéndome al nombre de la librería: no hay mayor felicidad que leer un interesante libro, junto a una copa de buen vino.
