28/11/2019 / Exitosa Noticias / Columnistas / Actualizado al 09/01/2023
Cada día es un regalo que hay que agradecer. Cuando abro la ventana, el trinar de las aves hace un concierto en la madrugada del día que nos espera para existir. Unos momentos después, la voz de mi vecina cantarina se une al concierto matinal. ¡Qué mujer feliz que tiene la música en los labios!
Es importante la calma en ese cúmulo de ideas que te invaden después del sueño acurrucada a tu amor. Apelo a la cordura de los peruanos al votar por ese diminuto congreso, en tiempo, pero tan importante como representación. Al dar esta opinión, no significa interferencia alguna en el electorado y su libre decisión. Es fundamental y necesario elegir personas que amen a la patria y no para esconderse de la justicia, ni anteponer sus intereses personales.
En ese recinto especial, que con orgullo será el Congreso de la República, no se quiere alimañas mentirosas, palomitas que han caído en charcos de hediondos olores, ni lobos o perros rabiosos, ni serpientes viperinas, ni cuyes grises con relojes de alta tecnología y manos adiestradas para la perversión. Ni ratas o pericotes, o cucarachas pintadas para disimular. (Me permito una disculpa al reino animal).
Mi ventana sigue abierta, los pájaros no han cesado de trinar, tampoco mi vecina cantarina ha dejado de cantar. Otro día, otras noticias de la actualidad, que es mejor no oírlas y dejar que la naturaleza haga su función y nos disipe de tanta barbaridad.
Menos mal que en mi mesa de trabajo tengo el libro de Terry Eagleton Cómo leer literatura. Un libro didáctico que da pautas para el que quiera escribir y el que quiera meterse en la crítica literaria o simplemente el que quiera entrenarse mejor como lector de literatura.
Eagleton es profesor de literatura inglesa en la Universidad de Lancaster y este manual de literatura nos da claves y herramientas básicas para fijarse en el tono, el ritmo, la textura, la sintaxis y otros aspectos significativos de toda obra literaria. Recomiendo este libro que revela la intención de tener el privilegio de dar una lección.
Ya la ventana no da el concierto, ya salió el sol.