OPINIÓN | Ántero Flores-Aráoz: "Informar con la verdad"
En estos tiempos electorales, la prensa asume un papel importante y relevante, puesto que tiene la obligación y derecho al mismo tiempo de informar, pero no en cualquier forma o modalidad, sino con la verdad.
La Constitución y los tratados internacionales sobre Derechos Humanos de los que el Perú es parte, determinan con meridiana claridad que todos tenemos derecho a la libertad de expresión, pero cuando se trata de la prensa es pertinente mencionar que lo que ella informa en ejercicio de tal libertad y derecho, sea veraz, esto es que sea cierto.
Como todo derecho hay el correlato de las obligaciones. Efectivamente si todos tenemos el derecho a ser informados, la prensa tiene la obligación de informar, como hemos dicho, con la verdad y solo la verdad.
En época electoral sería deseable que todos los ciudadanos elijan bien y para que lo hagan es necesario que conozcan perfectamente a los candidatos, más por supuesto a los de su aparente preferencia, indagando de fuentes confiables y en registros oficiales sobre sus antecedentes políticos, policiales, judiciales, familiares, laborales, económicos y también sobre las personas de su entorno, así como su comportamiento.
Como lamentablemente no todos tienen las mismas facilidades para recurrir a fuentes fidedignas, la prensa seria y responsable puede suplir a las fuentes, ya que muchas veces cuenta con excelentes unidades de investigación y, el resultado de las investigaciones debería ser publicado en los medios escritos, radiales, televisivos y en las novísimas redes sociales.
No olvidemos que nuestra Constitución confiere a la prensa la facultad de ilustrar o educar, y la mejor forma de cumplir con ello es con la verdad, más en momentos en que nos estamos jugando el destino de nuestro querido país.
Su Santidad Juan Pablo II, ya elevado a los altares, en visita al Perú en 1988, en su disertación del 15 de mayo de dicho año en el Seminario de Santo Toribio dijo: ”... deseo alentar a los profesionales de la información a ser auténticos promotores del bien común, como le corresponde a su noble y alta actividad, que casi me atrevería a definir como misión de servicio a la comunidad. Esa misma sociedad a la que han de servir pide y espera que no se dejen de llevar por intereses o conveniencias de parte que, desfigurando los hechos, puedan perjudicar la pacífica convivencia ciudadana o debilitar los valores esenciales de la estabilidad democrática y del orden constitucional”.
Como podemos percibir, además del ejercicio de derechos y de cumplimiento de obligaciones, existe un componente ético, al que se refiere San Juan Pablo II, el cual se puede compendiar en informar con la verdad y solo con la verdad, lo que nos lleva a recordar la afirmación bíblica en el sentido que la verdad nos hará libres. No olvidarlo.
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