OPINIÓN | Ántero Flores Aráoz : Encomiables pero prescindibles
Es conocido que las tres funciones del Congreso son la legislativa, esto es expedir las leyes que el Perú requiere; la de representación, en que conociendo el sentir de la población trata de solucionar sus problemas; y por último la de fiscalización, para hacer que el aparato público funcione y sin transgredir la normatividad legal.
La Constitución señala que el Parlamento debe priorizar el trámite de las proposiciones legislativas que le formula el Poder Ejecutivo, cuando las presenta con carácter de urgencia, como es el caso de los diversos proyectos para la llamada “reforma política”. Siendo consciente que el Poder Ejecutivo, no de ahora sino de siempre, ha abusado de la presentación de proyectos con carácter urgente, ello no debería impedir que se tramiten, debatan, dictaminen y aprueben, de ser el caso, los proyectos de la reforma.
Lo que no debe hacer el Parlamento es perder su tiempo en aprobar leyes absolutamente intrascendentes, dentro de las cuales se encuentran las que no ordenan NADA, son declarativas y no mandatorias, pero que desde la sola presentación del proyecto legislativo ya nos está costando a los contribuyentes ante el uso inadecuado de nuestros impuestos, pues como decía un ex titular del MEF: “no hay lonche gratis”.
Hay muchas propuestas legislativas muy encomiables pero prescindibles, como la promulgada en el último mes de mayo por la que se declara de “interés público” que la vía expresa (Paseo de la República, en Lima) lleve el nombre de quien fuera gran alcalde de la capital, Luis Bedoya Reyes. El Dr. Bedoya ya pasó a la Historia sin necesidad que una de sus visionarias obras lleve su nombre. A sus cien años, sigue siendo el gran referente del país y, conociéndolo seguramente le molestará que el Congreso se atribuya una facultad que corresponde solo a la Municipalidad Provincial de Lima.
En lo que va del mes de junio, se han promulgado algunas leyes irrelevantes, declarativas y absolutamente innecesarias, aunque sumamente encomiables. Así tenemos el reconocimiento como “glorioso” al Colegio Nacional de Ciencias del Cusco. La denominación de glorioso ¿le dará más prestigio o prestancia al citado Colegio? creemos que no, ya cuenta con excelente reputación por propios méritos y no por ociosas declaraciones.
De ripley la Ley que declara de interés nacional la festividad de San Pedrito en Chimbote, “fuente de identidad cívico cultural, religiosa y turística” y sigue y sigue, hasta en la misma norma invocar una resolución viceministerial del sector Justicia y, para colmo, encarga a varios ministerios el cumplimiento de la citada ley. En realidad, no hay nada que ordenar pues es una ley declarativa.
Como cereza en torta y para no dejar a Ica en situación menos destacada que Chimbote, por otra reciente ley se declara de interés nacional la promoción y puesta en valor de un monumento paleontológico en Ocucaje y Santiago. ¡Sin comentarios!
¿Qué hizo el Poder Ejecutivo? Increíble, las promulgó, seguramente para no confrontar al “Cienciano”, no incordiar a San Pedro, o no incomodar a los dinosaurios.