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OPINIÓN | Aníbal Quiroga León: "Pandemia"

Desde la Peste, pasando por la Gripe Española, para aterrizar en el Cólera, el Sida o la Gripe H1N1, no se vivía una verdadera “pandemia”.
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15-03-2020

Constituye un atavismo del ser humano el temor a lo desconocido. Y nada causa mayor miedo en una población que la propagación veloz e incontenible de una enfermedad desconocida, sin tratamiento eficaz y, sobre todo, sin vacuna. Si antes del 31de diciembre de 2019, ya entrados en el primer quinto del Siglo XXI, alguien hubiese vaticinado que el Comité de Salud Municipal de Wuhan -una remota provincia china- iba a reportar una desconocida súbita neumonía de 27 trabajadores de su Mercado de Mariscos como prolegómeno de una pandemia mundial, poniendo en vilo a naciones desarrolladas del primer mundo, paralizando el tránsito mundial, el turismo, cerrando fronteras, afectando seriamente la economía globalizada y haciendo estallar los controles y la contención de la salubridad en casi todos los continentes, nadie le hubiese prestado atención o lo habrían puesto en la sección de ciencia ficción.

Pero no, lo que estamos viviendo -y lo que falta por ver- no es una ficción producto de una afiebrada mente; es la realidad cruda y madura que ha hecho que en tan solo dos meses del verano meridional el planeta se vea conmocionado con una verdadera “pandemia”, palabra muy superior en gravedad a la “epidemia”, guardada por mucho tiempo en los anaqueles de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y que ahora rápidamente se ha tenido que desempolvar para enfrentar el severo ataque que significa el rapidísimo contagio del nuevo coronavirus o Covid 19.

Una “pandemia” es la propagación a nivel de un gran territorio de una nueva enfermedad donde la mayoría de los afectados no tiene inmunidad ni existen remedios o vacunas eficaces contra ella. Es una verdadera emergencia de salud pública a nivel masivo, nacional e internacional. Se caracteriza por causar muchos casos graves en grandes áreas geográficas, traspasando fronteras y, muchas veces, continentes.

Desde la Peste, pasando por la Gripe Española, para aterrizar en el Cólera, el Sida o la Gripe H1N1, no se vivía una verdadera “pandemia” de la agresividad y velocidad de contagio que la que hoy enfrentamos, sin que tengamos una verdadera cura a la mano. Ni siquiera tenemos los reactivos suficientes para atender la determinación oportuna de la simple confirmación o descarte de los contagios.

Sin precedentes, el Presidente de la República ha anunciado necesarias medidas de emergencia que pueden lucir drásticas frente a nuestros antecedentes, pero que sin duda son más que necesarias ante el enorme riesgo al que nos enfrentamos y que algunos se resisten en admitir, disponiéndose el cese de las actividades escolares públicas y privadas. Han seguido las superiores y universitarias prontas a iniciarse, y todo evento que congregue a público masivo, ya que se trata de contener el contagio y no de propiciarlo. Con verdadera responsabilidad, si miramos la realidad, nadie podría asegurar que puede estar exento del contagio del Covid 19. Ni ricos ni pobres, ni obreros ni empresarios, ni profesionales ni empleados. Esta pandemia no distingue territorio, condiciones sociales, edad, sexo o nacionalidades. Por eso debemos extremar las precauciones sin riesgo a la exageración. La protección de la salud pública y la vida de los ciudadanos lo requiere. Disciplina y solidaridad social hasta que el peligro pase. Aún estamos en medio de la tormenta.