04/12/2019 / Exitosa Noticias / Columnistas / Actualizado al 09/01/2023
En un mundo en el cual la tecnología se convierte -poco a poco- en madre de todas las nuevas enfermedades, vi el capítulo Caída en picada de Black Mirror, la serie sobre ciencia ficción disponible en Netflix. Este trata sobre cómo una mujer maneja su vida en torno a la calificación que le dan las personas con las que interactúa.
Nada más parecido a la realidad, esta mujer intenta elevar su estatus (cuyo máximo puntaje es de 5 estrellas) para poder obtener las cosas que desea. O sea, todo un mundo basado en arquetipos que nos inspiran y que, supuestamente, nos dan felicidad y mejoran nuestra calidad de vida a través del poder adquisitivo/encantador de las personas.
Así pues, a mayor calificación, la protagonista puede acceder a una vivienda en una zona residencial, por ejemplo. No obstante, aquí no importa el dinero, sino la valoración que te dan las personas conforme actúas. Algo similar a lo que viven muchas personas -sin coacción de por medio- a través de plataformas como Facebook e Instagram.
¿Vale la pena dejar de ser uno mismo o aparentar algo que uno no es con tal de lograr la aprobación de los demás? Black Mirror, en todos sus capítulos, plantea dilemas que oscilan entre la personalidad, el inconsciente y la tecnología.
En Caída en picada quien cae, realmente, es la protagonista. Cae en una situación de dependencia, con la cual ve limitada su real forma de ser y, peor, se aleja de las personas que la estiman sin interés. En un mundo en donde requerimos la aprobación de los demás, siempre es bueno encontrarnos con una camionera que nos ayude a poner los pies sobre la tierra y nos regale una “puerta de escape”: ser uno mismo.