Trujillo: Niños y mujeres trabajan en basurales
El Milagro, es el nombre de uno de los botaderos de basura más grandes de la región La Libertad y constantemente destino de las toneladas de basura que se recogen de todos los distritos de la provincia de Trujillo.
En la entrada, se percibe un olor fétido y las moscas forman una gran mancha negra sobre los suelos, el arenal sirve de canal a los desechos del lugar, mismos desperdicios que se desplazan por la carretera aledaña que se encuentra bordeando el perímetro del extenso terreno donde se acopia la basura.
Este centro poblado, que pertenece al distrito de Huanchaco, no ha dejado de funcionar, pese a la crisis sanitaria que azota al mundo entero; las personas que ahí laboran, no son necesariamente mayores de edad, existen niños, mujeres gestantes y adultos mayores que lamentablemente, no son considerados como trabajadores de primera línea, por lo que, sino no se encuentran dentro de los grupos etarios que en este momento tienen turno de vacunación, lo único que les queda es la esperanza de no contagiarse y cuidarse por sus propios medios.
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En este inmenso foco de contaminación, los protocolos de bioseguridad son temas de segundo plano; existen ancianos y niños que circulan con sus carretillas de material que logran reciclar, sin ninguna protección contra el mortal covid-19 y en vez de llevar una mascarilla sobre su rostro, solo cargan consigo las manchas producto de su labor diaria, en medio de las cantidades considerables de diferentes clases de residuos sólidos.
Los trabajadores del inmenso basural, exigen la presencia de las autoridades de salud. “También tenemos derecho a vivir”, dijo un anciano que vive de la basura que selecciona y vende cada día.