Tito Alvites: La Sala de Prensa está vacía
En la sala de redacción no hay luces encendidas. Está tenuemente iluminada con la luz natural que ingresa por los ventanales de piso a techo y que por estos días brilla con más intensidad libre de aquel smog que solía cubrir el cielo de Lima, considerada hasta el inicio de la cuarentena, como una de las ciudades más contaminadas de Sudamérica.
La primera puerta de vidrio hacia la izquierda quedó entre abierta. Una almohada azul sobre la silla, documentos y algunos libros sobre el escritorio hacen compañía al monitor y teclado de la computadora. Es la oficina de Miguel Humberto Aguirre, el gran 'Mihua', la voz que nos sigue acompañando entre las seis y media y siete de mañana por la señal de Radio Exitosa, la voz que está con todos los peruanos en los momentos más críticos, el hombre de radio a quien tuvimos que convencerlo se quede en casa hasta el fin de la cuarentena y deje su oficina del cuarto piso.
Desde las ventanas el panorama en la avenida Guardia Civil es desolador. Sin congestión peatonal ni vehicular, reemplazada ahora por soldados del Ejército y efectivos de la Policía Nacional. Atrás quedó el bullicio característico de micros, combis y buses, de talleres, tiendas y restaurantes, hoy circulan escasos automóviles que son intervenidos por agentes encargados del orden en tiempos de Emergencia Nacional.
El ambiente es tibio, abrigado por la temperatura de un verano que ya se va y que bordea los 27 grados centígrados a la sombra, diametralmente opuesto a los días frescos que se mantenían regulados por dos potentes equipos de aire acondicionado para la comodidad de más de 65 personas. Hoy están apagados.
La robusta figura del hombre de limpieza visita la sala de prensa pasando un día pero ya no con la misma prisa que le demandaba asear toda el área. Ahora se toma su tiempo para pasar el trapo y limpiar el polvo de los escritorios, computadoras, islas de edición e impresoras. No ha cambiado el papel higiénico ni añadido más jabón líquido a los dispensadores de los baños. Su tarea principal, con todos los implementos de seguridad personal, es limpiar y desinfectar las áreas utilizadas por los hombres de prensa encargados de sacar al aire los programas de radio las 24 horas en el sexto piso.
Los pasos lentos se escuchan más fuertes aumentados por el eco de una sala silenciosa. Allí en la que se acostumbraba decidir, al filo de las 5 de la tarde, la portada del día siguiente, allí en la que los directores, Luis Ángeles y Felipe Gamonal, apuraban los textos y diseños para su corrección y así llegar al cierre para encender la rotativa y seguir con la cadena de distribución de los diarios. Escenas que por ahora solo están en la mente de cada uno de los que ocuparon esta redacción y que estamos seguros pronto volverá a ser la misma de antes.
Los diarios Exitosa y Karibeña se quedaron en casa para dar paso a la edición digital gratuita producida por un grupo de periodistas que labora desde sus casas utilizando el sistema que hoy se conoce como teletrabajo y en cumplimiento a las medidas dictadas por el Gobierno y acatando el Aislamiento Social Obligatorio.
La amplia sala que en su hora punta albergaba a 65 personas entre periodistas, editores, diseñadores y fotógrafos, hoy está vacía.