27/12/2018 / Exitosa Noticias / Actualidad / Actualizado al 09/01/2023
Las fechas de Navidad y Nochebuena pueden ser para la mayoría de ciudadanos sinónimos de una noche de paz, de solución de las diferencias y de perdón. Sin embargo, existe una tradición ancestral en la que el perdón en estas festividades pasa primero por unos buenos puñetazos.
El takanakuy es parte de una fiesta denominada la Huaylía, celebrada cada 25 de diciembre en gran parte de los Andes peruanos; especialmente en la provincia de Chumbivilcas, en Cusco, aunque también se replica en la provincia apurimeña de Antabamba. Este año, los residentes chumbivilcanos asentados en Lima organizaron su propia versión de la Huaylía, donde el plato fuerte es, como siempre, el takanakuy, una tenaz lucha a puño limpio entre contrincantes frente a un ávido público espectador de al menos 300 personas.
El escenario de la Huaylía en Lima fue el local regional Chilcas, ubicado en el paradero 4 de la avenida Canto Grande, en San Juan de Lurigancho. Felipe Venero es el organizador de esta fiesta y comenta que esta festividad es celebrada entre los hijos de los migrantes de Chumbivilcas en honor a la Navidad. Aquí se bebe, baila y se pelea a puños y patadas, al ritmo de la banda.
Elegir al rival
Los festejos se inician desde muy temprano, con bailes típicos y la degustación de potajes, previo pago de una entrada por el precio de 10 soles. Los luchadores no pagan. Se llama luchadores al contingente de hombres que entra al ruedo ataviados con una suerte de pasamontañas con motivos andinos, animales disecados en la cabeza, vendas en las manos para ocasionar el mayor daño y todo un atuendo característico, en medio de los aplausos del respetable.
Cuando llega el momento, uno de ellos sale al frente y pide un rival, que puede llegar desde el público. También puede ser que ya tenga a alguien en mente y mencione directamente el nombre. “Si es valiente, sale y se enfrenta”, explican desde la tribuna. Están permitidos los puños, en algunos casos también las patadas, y si uno de los contrincantes ya no puede seguir, se detiene la lucha. Todo depende del criterio del árbitro.
Algunos luchadores se hacen tanta fama, que en otras ocasiones les ofrecen más cosas por salir a pelear. Al finalizar, todos son recompensados con cerveza, que los más recios usan incluso para curarse las heridas. La jornada termina entre copas, un contundente potaje de chicharrón y mote, y la satisfacción de la noche de paz conseguida a derechazos.
DESFILARON POR EL CENTRO DE LIMA
Una demostración de la Huaylía se realizó el 25 de diciembre en el Centro de Lima, en honor al Niño Jesús. Los participantes desfilaron bailando por el jirón de la Unión hasta la Plaza San Martín, para luego dirigirse al estadio La Bombonera, en la zona de Las Flores, San Juan de Lurigancho. Ello con el fin de seguir celebrando y dar inicio al takanakuy, donde también hubo una ardua competición.
Fotos: Miguel Paredes