Rondas castigan brutalmente a anciana acusada de practicar “brujería” en Pataz
Irene de La Cruz Castillo, una adulta mayor de 64 años de edad, es acusada de presuntamente practicar lo que ancestralmente se conocía como “brujería” o “hacer daño”, como se le llama en el ande liberteño.
Exitosa Trujillo se comunicó con uno de sus hijos, quien señaló en vivo que, un promedio de 500 ronderos fueron a capturar a su madre acusada de darle brujería en comida a su padre, quien según diagnóstico médico fue detectado con cáncer en fase terminal. Según refiere Esteban, su madre, Irene de La Cruz, estaría siendo víctima de difamación por parte de una tercera persona a quien sí se le habría hallado con las pruebas que la involucran en la práctica de la magia negra.
El preocupado familiar mencionó que a su madre la obligarán a pasar cadena ronderil de 54 anexos en donde tendrá que permanecer, durante 24 horas en cada uno, dando como resultado de su retención el tiempo de casi dos meses lejos de su familia. Asimismo, Esteban narró la forma brutal de como su madre fue obligada a declarar lo que los ronderos de Chilia, suponen respecto a la brujería que le habría dado en comida a quien se le diagnosticó cáncer al estómago.
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En Exitosa, preocupados por la integridad de la adulta mayor, nos comprometimos a gestionar a la brevedad la intervención de diferentes autoridades liberteñas, con el fin de salvaguardar la vida de la persona retenida y en vivo y en directo, se buscó que el prefecto regional de La Libertad, el defensor del Pueblo y hasta el mismo presidente de la Central Única de las rondas de La Libertad, asuman protagonismo para que por su intermedio, puedan tomar las medidas respectivas que eviten una deceso trágico tras la tortura que le vienen aplicando por un supuesto a la señora Irene de La Cruz Castillo.
Cabe mencionar que, por declaraciones de los familiares de la acusada, las rondas campesinas de la zona de Chilia en Pataz, han cobrado mayor fuerza y actualmente, representan un poder más establecido y de mayor envergadura incluso, que la propia Policía Nacional localizada en la jurisdicción.
Finalmente, al cierre de esta edición se dejó pendiente la respuesta de las autoridades liberteñas, que tienen competencia con la defensa de los derechos humanos, así como la directiva ronderil para que puedan intervenir y dejar en libertad a la acusada, debido a su avanzada edad y a la enfermedad de los huesos la cual padece hace años, según manifestó Esteban, su hijo.
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