Reino Unido: el dramático testimonio de una mujer que se recupera del COVID-19
A pesar de que la cifra de pacientes recuperados del coronavirus no es baja, sí es atípico conocer el testimonio de personas que padecieron la enfermedad -en su etapa más crítica- y lograron recuperarse de ello. Según el testimonio de Ria Lakhani, una joven mujer de Londres, la alegría de haber vencido a la enfermedad se opaca rápidamente, al tener que bregar contra sus consecuencias.
Hace algunas semanas, Ria -libre del covid-19- tenía una operación programada para corregir su acalasia, una condición que le dificultaba ingerir alimentos con normalidad. No obstante, fue en esos momentos en que empezó a presentar los primeros síntomas, aunque ella los asoció en primera instancia con complicaciones normales de la intervención quirúrgica a la que había sido sometida.
No obstante, el virus ya estaba en su cuerpo. Los dolores y síntomas empeoraron, pero ella, apenada, acudió al hospital para hacerse una prueba de descarte. “Había pocas pruebas en ese entonces, y yo estaba segura que no tenía COVID-19. Me dapa 'pena' que se gastaran pruebas en mí, cuando había gente que estaba en peores condiciones”, le cuenta la mujer a la BBC.
El test dio positivo y a los días tuvo que ser trasladada a uno de los centros especializados de coronavirus en Londres, debido a que su estado le impedía respirar por sí misma y necesitaba una máquina que respire por ella.
Como suele suceder con algunos casos, el cuerpo de Ria reaccionó bien y poco a poco se fue recuperando. Días después dejó su habitación en el centro hospitalario, en donde compartió el espacio con una mujer de 96 años, quien también sufría del COVID-19 y fue derivada a su casa, en donde actualmente cumple aislamiento, alejada de su esposo.
Ella detalla que la compañía que tuvo cuando estuvo hospitalizada y el trato y el buen accionar de los doctores le permitió llevar de buena manera su lucha contra el virus. No obstante, si bien agradece diariamente la oportunidad de estar cada vez mejor, relata que su recuperación no es sencilla.
“Casi no salgo de allí -hospital-. Hubo un momento en que realmente comencé a escribir mensajes de despedida a mi familia. Casi muero y ahora estoy viva. ¿Cómo puede la vida volver a la normalidad después de eso? (...) Tengo que acordarme de cómo respirar. Solía ser una acción muy natural, pero ahora tengo que acordarme de cómo inhalar y exhalar”, concluye.