Papa Francisco preside la misa de Domingo de Ramos tras reciente hospitalización
La mañana de este Domingo de Ramos volvió a aparecer el Papa Francisco ante el ojo público en la plaza de San Pedro a fin de presidir la misa de esta celebración religiosa. Tan solo un día después de salir del hospital, el Sumo Pontífice defendió a los "abandonados" del mundo actual, además reveló que él también necesita que Jesús lo apoye.
"También yo necesito que Jesús me acaricie", expresó en medio de la misa.
Aún con voz débil y un poco ronca, el Papa reunió a más de 60 000 fieles en una plaza engalanada.
"Jesús abandonado nos pide que tengamos ojos y corazón para los abandonados. Para nosotros nadie puede ser marginado", manifestó.
En remembranza de Cristo, Francisco recordó la muerte de un mendigo en su columnata, quien terminó su vida "solo y abandonado".
"Muchos necesitan nuestra cercanía, muchos abandonados, también yo necesito que Jesús me acaricie, que esté cerca de mí, y por eso voy a buscarlo en los abandonados y en los solitarios", fueron algunas de sus palabras.
En su primera aparición pública en medio de su recuperación, se mostró ante los fieles vestido de un largo abrigo blanco con paramentos rojos propios de esta temporada del calendario litúrgico.
"Hoy hay tantos 'cristos abandonados'. Pueblos enteros explotados y abandonados a su suerte; pobres que viven en los cruces de nuestras calles, con quienes no nos atrevemos a cruzar la mirada; emigrantes que ya no son rostros sino números; presos rechazados, personas catalogadas como problemas", acotó.
Reaparición pública
El pasado miércoles, una bronquitis provocó que el Papa tuviera que ser ingresado en el Hospital Gemelli de Roma; no obstante, este sábado 1 de abril le dieron el alta y por ello hoy pudo presidir e inaugurar la Semana Santa.
Aún convaleciente, a sus 86 años, Francisco se presentó en la plaza a bordo de un vehículo descapotado en donde fue trasladado al obelisco central para bendecir los ramos que los fieles llevaron consigo en procesión.
Al momento de descender de su vehículo bajó por cuenta propia y recorrió unos pocos metros hasta lugar establecido para la bendición. Todo ello con la ayuda de su bastón que últimamente esta usando de manera cotidiana debido a sus problemas de rodilla.
Tras ello, acudió hasta el frontal de la basílica para presidir la Santa Misa oficiada por el cardenal argentino Leonardo Sandri.
Como se sabe, Francisco acaba de cumplir diez años de pontificado; sin embargo, vivirá este periodo de Semana Santa recuperándose de la bronquitis y aquejado de un problema de rodillas que lo obliga a usar bastón o silla de ruedas.