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OPINIÓN|Pedro Paredes: Matón de Barrio

Estos últimos días han sido de los más sublimes en la historia republicana peruana.
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10-01-2019

Estos últimos días han sido de los más sublimes en la historia republicana peruana, por la sonora manera en la que el grito popular contra la corrupción se ha hecho sentir por encima de las manipulaciones de la realidad que tantos políticos pretenden hacer, sostenidos en la complicidad de varios medios de comunicación.

Por ejemplo, ser testigos presenciales de la desesperación de Fuerza Popular ante la pérdida del dominio político en el Parlamento, es sinónimo de que sus horas están contadas como agrupación política, si es que no cambia el libreto de alucinarse el matón del barrio que quiere imponer respeto a punta de patadas contra aquellos que no le caen bien. Esos tiempos se acabaron, y este partido se va acabando con el tiempo.

Su actitud canallesca en la lucha contra la corrupción, es un costo que sus integrantes no han sabido medir, logrando resultados nefastos que los ha condenado -ante los ojos ciudadano - a ser una paria política que obliga a taparse la nariz a todo aquel que se pare frente a ellos. Recordemos algunos episodios.

Fuerza Popular quiso aprobar una ley para librar de la prisión a su máximo líder Alberto Fujimori, sin someter a discusión su propuesta y -como matón de barrio- pisoteando cualquier opinión contraria. Hoy, aquel líder sigue confinado a estar recluido en la camilla de una clínica, consumido por la depresión que le debe causar ver tanto infeliz defender los colores del partido de su hija, que es una extensión del estilo de corrupción que él montó.

Fuerza Popular quiso dominar el sistema judicial peruano, y terminó convertido en el principal partido corruptor, al blindar asquerosamente a miembros del ex Consejo Nacional de la Magistratura. Quisieron hacer lo mismo con el hermanito César Hinostroza, pero no les ligó, como sí lo consiguieron con el ex fiscal de la Nación Pedro Chávarry, lo cual significó la defunción partidaria naranja.

Proteger a Chávarry de ser investigado como “Cuello Blanco” fue sinónimo de un pacto de impunidad que luego fue usado como argumento fiscal y judicial (en doble instancia) para mandar a prisión a la lideresa naranja, Keiko Fujimori, por ser un acto de obstrucción a la investigación. 36 meses de prisión preventiva no estaban calculados ni en sus peores pesadillas. Pero no aprendieron la lección.

Fuerza Popular plantea censurar al presidente del Congreso, Daniel Salaverry, por permitir que digan que hizo un claro pacto de impunidad con su protegido Pedro Chávarry, la inmediata respuesta del parlamentario fue tirar la puerta y renunciar al partido. Y una vez más, no midieron que creerse el más rudo los hará sufrir la disidencia de hasta -muy posiblemente- 10 congresistas naranjas que formarían una nueva bancada, gracias a una decisión del Tribunal Constitucional, que también pretendieron patear con desmesurada matonería.

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