07/12/2018 / Exitosa Noticias / Actualidad / Actualizado al 09/01/2023
Uruguay se tomó el tiempo necesario para negarle el asilo político a Alan García, dejándolo en ridículo a nivel mundial al pedirle que abandone su embajada en Perú porque no es ningún perseguido político y que en nuestra patria existe autonomía en los tres poderes del Estado. Pero aquel reconocimiento proclamado por Tabaré Vásquez, se fue por la alcantarilla cuando el gobierno de Vizcarra envía un equipo de inteligencia con sistema de vigilancia por imágenes a la puerta de la casa del investigado expresidente.
El autor de tremenda torpeza es el general PNP, Carlos Morán, ministro del Interior que ahora no puede remediar el autogol político metido a casi todo un país, al darle carne suficiente al personaje más escurridizo y protegido de la justicia, que volvió a la carga con su discurso de persecución, “chuponeo” incluido. El ministro intentó explicar que la acción respondía a la petición de resguardo y seguridad que necesitaba García ante posibles atentados contra su vida, a solicitud de personas de su entorno; pero el escándalo ya está desatado.Ojo. No pretendo darle la razón al procesado exmandatario sobre la interceptación de sus llamadas, porque está más que claro que los equipos encontrados dentro de la camioneta estatal sirven para monitoreo y transmisión de video, no para intervenir comunicaciones. Pues, aún con más razón me pregunto: ¿Era necesaria toda esa logística para brindar protección al líder aprista? ¿Pretendían hacerle seguimiento visual? ¿Qué, exactamente, buscaban vigilar?
García no es santo de mi devoción, pues ni a beato llega en mi religión, pero no era necesario tanto despliegue con la estrategia -aún más torpe- de pretender camuflar la móvil policial con un sticker de “prensa” con personal de inteligencia a bordo, porque para esas situaciones existe la división policial de Seguridad del Estado, encargada de bridar protección a quienes ven amenazadas sus vidas; y para desactivar cualquier riesgo criminal, está el grupo Terna que hace un fino trabajo de inteligencia.Ergo, lo hecho por Morán es una general torpeza, como los galones que lleva sobre los hombros, al tirar por la borda la impecable lucha contra la corrupción que hasta el momento se venía llevando, pues aún quedará en el limbo la interrogante del real contenido del tan protegido maletín rescatado a empellones por todo un pelotón policial.Finalmente, dejo una pregunta más en el tintero: ¿El presidente Vizcarra sabía de la camioneta con sistema de vigilancia y personal de inteligencia destinada para esas labores de presunto resguardo? Si la respuesta es negativa, Morán debería ser cesado por mostrar al mundo la aparente persecución a un político. ¿Y si lo sabía?