11/12/2018 / Exitosa Noticias / Actualidad / Actualizado al 09/01/2023
Evidentemente, el referéndum del 9 de diciembre significó una censura al Congreso de la República. Poder del Estado que, salvo contadas excepciones, está conformado por un variopinto grupete de improvisados, sobre todo los de la bancada fujimorista; que priorizan sus propios intereses; y actúan a espaldas y contra la ciudadanía, respecto a la cual el divorcio es mayúsculo, pues cada día la representan menos.La censura involucra también a los hermanitos asociados con la banda de 'Los cuellos blancos del puerto' y sus ramificaciones; a grandes empresarios que hacen de la codicia y la avaricia su razón de ser; a los pedantes que se creen los predestinados del análisis constitucional; a quienes fungen de periodistas pero que en realidad viven hincados, funcionales a los mandatos de los grupos de poder y son expertos en ocultar a los responsables de los casos Lava Jato y Lavajuez.Sin embargo, luego de ver, escuchar y leer a muchos congresistas, ex primeros ministros de distintos gobiernos, la eterna perdedora bautizada como la candidata de los ricos, el fugitivo a quien nadie persigue y que es prisionero de su ego colosal; es claro que no han entendido nada; o no quieren entender su realidad al haber pasado a la marginalidad política, y la inmensa mayoría no les cree y desconfía de ellos.
A la par con la censura a los mencionados, el referéndum fue un respaldo a la propuesta de reformas de quien, ante los ojos de la gente, las personificó: el presidente Vizcarra. Reformas iniciales e incompletas que representan un primer paso en el proceso de cambios anhelados por la mayoría ciudadana.En términos futbolísticos el domingo 9 hubo una goleada. Claro está, en ese partido, pues continúa el campeonato y todavía no hemos jugado el de fondo, por lo que no hay un cheque en blanco para nadie; y en lo inmediato hay expectativa, por ejemplo, en que el nuevo ministro de Trabajo conjugue los intereses de asalariados y empresarios, enfatizando en los primeros.Pese a que los supuestos iluminados no quieren tocar el tema, más allá de calificar a los ciudadanos como inconscientes, lo real es que el hecho nuevo es el poder ciudadano en germen. Aquello de que el pueblo es el soberano, frase pronunciada por los mentirosos profesionales, está empezando a ser realidad a partir del referéndum. Hombres y mujeres comunes y corrientes demostraron sentido común y votaron a lo largo y ancho del país a favor de los cambios iniciales.
Reitero que es la hora del gran agrupamiento de las fuerzas democráticas, republicanas, progresistas, morales y patrióticas por justicia y libertad y contra la violencia y la corrupción como sustento ciudadano del pacto social constituyente por el bicentenario.