12/12/2018 / Exitosa Noticias / Actualidad / Actualizado al 09/01/2023
Me uno a las voces que dicen que los resultados del referéndum son la catapulta del presidente Martín Vizcarra, en la consolidación de su legitimidad como Jefe de Estado. Me uno, también, a esas voces que dicen que el mandatario jugó a las encuestas para consolidar su gobierno en medio de hordas opositoras que pagaron caro el empujar a Kuczynski hacia su vacancia, en caso de que no renunciara.
Y por sobre todas las cosas, me quiero unir al hombre y la mujer que labra la tierra para subsistir económicamente, que pasa faenas diarias en temporadas enteras, arando el suelo para recibir centavos por su producción, mientras que el Gobierno anda con mensajes de promoción agraria que protege y exonera de millonarios impuestos a las grandes empresas agroexportadoras, que tratan a los trabajadores como al cholo de mano de obra barata. Sin derecho alguno.
Me sumo a la angustia de millones de jubilados de la ONP tratados como marginales por un sistema mafioso que judicializa la pensión que por derecho les corresponde, con el fin de no pagar a los aportantes y llevarse en carretillas millones de soles que, muy presurosos, pagan a los abogados que “defendieron” al Estado en los juicios contra los jubilados. Vizcarra prometió dar solución a estos litigios, y al parecer ésta tardará como los años de aportes no reconocidos.
Me sumo a las familias atropelladas por un sistema de salud que enferma en su atención. Es tanta la contradicción que, quizá sea hora que las funerarias tengan oficinas de atención al cliente junto a las puertas de emergencia, donde la dolencia se convierte en agonía. Y no sólo por el maltrato del personal -que también existe-, también por las farmacias desabastecidas y un sistema SIS que mata a nuestros enfermos y empuja a usuarios y pacientes a recurrir a las farmacias privadas, apostadas como buitres en toda la manzana de cada centro de salud y hospital.
Me aúno a las voces de padres y madres que sufren de angustia al no saber si envían a sus vástagos al colegio a estudiar, o como carnada de malditos violadores camuflados entre uniformes escolares. Mientras la violencia escolar sigue en aumento, como consecuencia de la violencia familiar, estamos bajo un gobierno que amarra presupuesto para contratar psicólogos en las escuelas públicas, pese a que el problema es tan grave como la reconstrucción por El Niño costero, que recibió más de 25 mil millones de soles en presupuesto que viene siendo ejecutado con brutal ineficiencia.
Me sumo a la indignación de la gente sin agua potable, de las víctimas de la ola criminal, de los desempleados y esclavos de las reformas laborales, de los trabajadores públicos maltratados e impagos porque alguien se robó el dinero y pasará piola. Pero piola no puede pasar un gobierno que su empoderamiento político, ahora, debe convertirlo en acciones que solucionen los problemas que más de 32 millones peruanos a diario padecemos y que referéndum no comemos.