05/12/2018 / Exitosa Noticias / Actualidad / Actualizado al 09/01/2023
Hace falta un buen purgante para expectorar toda la inmundicia que viene obstruyendo el flujo del respeto y la moral política en el Congreso de la República. Hace falta un buen laxante para desatorar las prácticas parlamentarias nauseabundas que han perdido todo temor y vergüenza al rechazo del pueblo.El anunciado adelanto de la semana de representación de nuestros congresistas de alma empeñada que no se representan ni a sí mismos, solo es la consumación del sistema perverso de blindaje puesto en marcha. Y no solo se trata de la bancada fujiaprista -especializada en protección de sospechosos criminales de saco y corbata-, en la misma línea se encuentran los que dicen discrepar, pero el silencio o tímida protesta los hace cómplices de la dictadura impuesta en el hemiciclo.
Adelantar la semana de representación no solo es postergar hasta marzo 2019 el arresto y reclusión del condenado Edwin Donayre, también ultraja la dignidad de aquella aeromoza manoseada de forma vulgar y grotesca por Moisés Mamani y que fue ácidamente humillada por parlamentarias naranjas al ser amedrentada mientras daba su testimonio ante la Comisión de Ética, demostrando que la lucha que pregonan por las mujeres violentadas es solo parte del discurso de plazas y callejones.Pero el vejamen doblemente padecido por la tripulante de avión, pudo haberse visto resarcido con la suspensión de 120 días que recomendó la Comisión de Ética, que la mesa directiva del Parlamento -de dominio fujimorista- decidió ignorar y no incluirlo en el último debate del año a realizarse hoy, lanzando el temerario mensaje a los abusadores sexuales que la impunidad es un beneficio alcanzable, si cuentas con buenos padrinos.
Con el hartazgo social llegando a su límite máximo de tolerancia, la gente levantó su voz de protesta por tanto acto siniestro practicado con inimaginable cinismo, obligando a la Junta de Portavoces a pedir la inclusión del caso Mamani en el debate.Y Moisés Mamani, haciendo gala del padrinazgo que goza dentro de Fuerza Popular, salió con la matonesca amenaza de denunciar penalmente a quienes pidieron el debate de su suspensión, dejando en claro que es un político infame y duro de roer que no teme el repudio popular, solo se vuelve pálido cuando su descompensación lo obliga a tocar las nalgas a una mujer, para luego culpar a su diabetes.
Ahora, la pelota está en la cancha de la mesa directiva que preside Daniel Salaverry, que también se va muy orondo a disfrutar sus fiestas de fin de año, porque la Comisión de Ética recién revisaría el próximo año sus informes truchos de sus semanas de representación.