OPINIÓN| Nicolás Lúcar: Unidos contra Odebrecht

Pánico. Eso es lo que el nombre de Odebrecht provoca en alguna gente. A Pedro Pablo Kuczynski le da taquicardia, a Alan García le provoca salir corriendo a buscar una embajada que le dé asilo, a Alejandro Toledo le corta la resaca, a Ollanta Humala le produce insomnio, a Keiko Fujimori le da migraña, a José Graña se le quita el gusto por la música, a Susana Villarán le produce urticaria y a Luis Castañeda le da por hablar.

Pero no solo a ellos. Una corte de exministros, excongresistas, exgobernadores, exalcaldes, funcionarios, empresarios, abogados y por ahí algunos periodistas se ponen nerviositos.Porque saben lo que les espera si ocurre que los ejecutivos de Odebrecht cuenten cómo funcionaba la red de corrupción que se articuló en el Perú los últimos 20 años y el papel que cada uno de ellos cumplía en ella.Se mueren de miedo de que los de Odebrecht confirmen y presenten las evidencias de quiénes y cuánto dinero ilegal recibió cada uno para sus campañas electorales. Que digan cuánto cobró cada uno de comisión ilegal por entregar proyectos y concesiones a dedo, por declarar prioritarias obras que no lo eran, por exonerar procedimientos y saltarse la ley, por sobrevalorar obras con adendas tramposas.

Saben que la gente de Odebrecht sabe.Que no solo serán palabras, sino que con sus dichos vendrán las rutas del dinero, las evidencias de reuniones, de transferencias, de cuentas ocultas.Saben que la entrega de los accesos a los servicios Drousys y My Web Mail será como abrir la Caja de Pandora de la maldad de quienes nos han malgobernado los últimos 20 años.Por eso conspiran. Por eso cuestionan la conveniencia de un acuerdo que por supuesto no es perfecto y no lo es porque hasta que se hizo cargo Rafael Vela del Equipo Especial las cosas se hicieron mal. Porque obviamente estamos haciendo concesiones y cediendo. Pero lo estamos haciendo a cambio de mucho: de información clave que nos permitirá meter en la cárcel a los miembros de la más grande red de corrupción de la historia del Perú y hará posible recuperar cientos de millones de dólares robados a los peruanos.Por eso es que cercaron primero y empujaron después a Pedro Gonzalo Chávarry al abismo. Porque conspiraron para eso, copando asesorías y ofreciéndose como consejeros que lo único que querían era boicotear el acuerdo con Odebrecht que los enloquece. Por eso es que presionaron al exfiscal de la Nación para que sacara del Equipo Especial a Rafael Vela y José Domingo Pérez. Y esa noche celebraron todos olvidando sus diferencias, pensando que con ello le habían dado una cuchillada de muerte a la confesión de los brasileños.

Pero se equivocaron. Porque la rueda de la historia que se ha puesto a andar no la para nadie.Por eso Rafael Vela y José Domingo Pérez volvieron al lugar del que nunca debieron salir y porque lo único que han ganado los malos de esta película es tiempo. Porque los ejecutivos de Odebrecht van a hablar y en febrero, con mayor razón que nunca, celebraremos un carnaval porque el Perú será una fiesta y la gente saldrá a la calle no indignada para protestar sino a celebrar la más grande victoria de la decencia contra la corrupción.