05/12/2018 / Exitosa Noticias / Actualidad / Actualizado al 09/01/2023
Voy a fungir de futurólogo. Todo el mundo lo hace, por qué yo no. ¿Qué veo en mi bola mágica sobre el fiscal José Domingo Pérez? Bueno, no es muy diáfano su futuro cercano. Dentro de poco tiempo, veo que desarrolla su carrera como profesional independiente, pone su estudio, coloca su placa y espera clientes para litigar en el Poder Judicial. Más cerca aún, le veo redactando documentos varios respondiendo hasta cuatro procesos disciplinarios abiertos en su contra. Veo clarito que detrás de cada uno de estos hay una mano curtida por el tiempo y a la espera de un descanso con pensión cara de AFP. Veo a Domingo Pérez no llegar a un lunes de chamba porque al salir del ascensor le comunican la resolución de despido del cargo en toda su extensión. Veo varias noches articulando su defensa para cada uno de sus procesos, pensando en artículos legales, repitiendo argumentos penales a falsos inquisidores y tratando vanamente de convencerlos para cambiar la orden del determinismo corrupto. Sí, eso veo.
No estoy seguro si Hayimi coincide conmigo, pero sí estoy seguro que cuatro bayonetas apuntan al corazón del fiscal más mediático y querido en este país. Son 4 teledirigidos para acabar con él. Son 4 misiles (los que yo conozco, quizá haya más) apuntando al centro de su cuerpo. Desde dentro lo dinamitarán. Desde dentro lo acabarán. Desde dentro explotarán su trabajo mandando todo al mismísimo demonio. No soy de los que creen en intocables. Mi lógica es sencilla: todo funcionario público es pasible de sanción. Todo servidor público está sujeto a normas, por lo tanto a investigación si se suponen violentadas.
No tengo dudas que José Domingo Pérez puede ser investigado, pero ¿cuatro denuncias al hilo? No me suena. O mejor, sí me suena, pero a atentado. Me suena claramente a maniobra para sacarle del cargo, pues metió la mano donde no debía, llegó hasta donde estaba prohibido, se creyó tontamente eso de que todos somos iguales ante la ley, se tragó el cuento ese de que el Ministerio Público persigue delitos. Por eso quieren botarle. Por chancón. Por aplicado. Por nerd. ¿Cómo se le ocurre que todos somos iguales ante la ley? No pues. Está loco. Chávarry no es igual. Tiene privilegios bien protegidos por una mayoría parlamentaria que vuelve a tener sangre en el ojo. Mayoría que aplica con saña la ley de talión: ojo por ojo, Keiko por ti. Un proceso por hablar de guerrilla y no de terrorismo. Otro proceso por dar opinión sobre Chávarry. Uno más porque supuestamente filtró información del interrogatorio a Chávarry, y como si no fuera suficiente, uno cuarto porque disqué cometió infracción administrativa en el proceso contra Keiko Fujimori. Una de esas balas acabará con el superhéroe del momento. Una terminará su historia que es de esfuerzo por devolvernos dignidad. Ojalá mi bola mágica esté loca y errada.