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OPINIÓN| Luis Angeles Laynes: Por eso nadie los quiere

Un nuevo episodio que guste o no, empaña más la ya desprestigiada imagen del Congreso.
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15-12-2018

Que la imagen del Congreso de la República haya quedado por los suelos, tras la contundente derrota propinada por el pueblo en el referéndum del domingo 9, no es por culpa de una campaña en su contra sino por obra y gracia de sus propios parlamentarios, que se ganaron a pulso desde hace mucho tiempo el rechazo popular por sus pésimas gestiones y reprobables conductas.

Al reprobable caso de Moisés Mamani, suspendido 120 días por tocamiento indebido a una aeromoza y pendiente de levantamiento de inmunidad para que se le someta a la justicia, sorpresivamente se sumaron otros casos, denunciados nada menos que por sus propias colegas.

Así tuvimos el conmovedor testimonio de la congresista Paloma Noceda, quien durante el Pleno del Congreso donde se debatía la suspensión de Mamani, reveló haber sido víctima de tocamiento indebido a manos de un legislador, cuyo nombre lo hizo saber días después, cuando presentó la denuncia ante la Comisión de Ética. Y quién es el acusado, nada menos que otro miembro de Fuerza Popular, Luis López Vilela. Pero no fue el único. Al día siguiente, la legisladora no agrupada denunció que otro colega, Modesto Figueroa, la tocó sin su consentimiento.

Estos dos nuevos casos ameritan ser tratados con la misma urgencia del que se debe seguir a Moisés Mamani y se espera se vean en la presente legislatura extraordinaria, para demostrar que ya no habrá más blindajes.

Nuestro Parlamento ha quedado en la lona tras el furibundo golpe que le ha dado el pueblo en la consulta popular. Sin legitimidad ni autoridad moral para continuar, como lo dijo el congresista García Belaunde -quien dicho sea de paso planteó la autodisolución-, los llamados padres de la patria siguen dando que hablar, no porque hayan hecho un espíritu de enmienda, sino porque son comprometidos en nuevos casos de irregularidades.

Esta vez seis congresistas, de las distintas bancadas, uno de ellos exministro en la gestión de Pedro Pablo Kuczynski, han sido vinculados con las ilícitas acciones del sindicado jefe de la organización 'Los Temerarios del Crimen', el exalcalde de Chiclayo, David Cornejo Chinguel.

Todos han sido mencionados de haber pedido favores al detenido alcalde para la adjudicación de obras. En su defensa todos niegan los cargos, pero en adelante deberán librar dura batalla para demostrar que son inocentes. Un nuevo episodio que guste o no, empaña más la ya desprestigiada imagen del Congreso.

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