OPINIÓN| Eduardo González Viaña: Una escritora maldita
“Señora, vuestro nombre llevado ayer en alas de la fama al templo de la gloria, es hoy el objeto de la execración de todos y, particularmente, de las que pertenecemos a vuestro sexo. Señora, no volváis a esta ciudad que tuvo la desgracia de daros el ser. No volváis, porque tendríamos el dolor de maldeciros. De hoy en adelante tenéis un lugar allá muy lejos...”No solamente las cusqueñas de velo y mantilla maldijeron a Clorinda Matto de Turner (1852-1909). También lo hizo el obispo de la ciudad quien en misa del domingo, ante la sociedad reunida, proclamó excomulgada a la autora de Aves sin nido. Más todavía, algunos ciudadanos tuvieron la idea de levantar una pira en el centro de la plaza y quemar allí los libros, los artículos y las ideas de aquella perversa mujer.Julio Gutiérrez Samanez, intelectual y artista cusqueño, ingeniero químico y ceramista, se atreve hoy a levantar en alto el recuerdo de su paisana, la escritora, periodista, luchadora social y agitadora terrorista que provocara las iras desencadenadas de la sociedad de fines del siglo XIX y comienzos del XX.
Más osada no podía ser. Su novela Aves sin nido denuncia la bestial explotación del indígena y señala el pecado de la Iglesia católica y de sus sacerdotes con la revelación de hechos en los que la ficción cede paso a una realidad implacable.Peor todavía, en sus múltiples artículos, la cusqueña reclamaba el fin del celibato y la separación de la Iglesia y el Estado.Clorinda es, además, la primera periodista profesional de la historia peruana. Fundó diarios y revistas en Cusco, Arequipa y Lima. Manuel González Prada la acogería con el asombro que suscita una mujer emancipada y agitadora social en esa época.“Apologético en favor de Clorinda Matto de Turner, Sinco Editores, 2018, es el libro que Gutiérrez Samanez acaba de publicar y que congrega tanto sus estudios como otros textos escritos por diversos especialistas, entre ellos José Carlos Mariátegui quien encomia “la memoria de esta mujer singular que, en una época más cómplice y más fría que la nuestra, insurgió noblemente contra las injusticias y los crímenes de los expoliadores de la raza indígena”.
Por suerte, el voluminoso libro de Julio Gutiérrez Samanez no fue publicado en el tiempo de la escritora maldita. La pira lo hubiera esperado entonces. En nuestro tiempo, solamente el terruqueo.