06/04/2020 / Exitosa Noticias / Actualidad / Actualizado al 09/01/2023
La pandemia del coronavirus, alterará el orden mundial, señala Henry A. Kissinger en el WSJ. Nacido en 1923, fue secretario de Estado con Nixon y Ford y Consejero de Seguridad Nacional. Artífice de la política de distensión con China y la Unión Soviética.
Afirma que la realidad es que el mundo nunca será el mismo después del coronavirus. Este ha golpeado con una escala y ferocidad sin precedentes. Su propagación es exponencial: los casos de Estados Unidos se duplican cada quinto día.
Los suministros médicos son insuficientes para hacer frente a las oleadas crecientes de casos. Las pruebas son inadecuadas para la tarea de identificar el alcance de la infección, y mucho menos revertir su propagación.
Una vacuna exitosa podría estar de 12 a 18 meses de distancia. Los líderes están lidiando con la crisis en gran medida a nivel nacional, pero los efectos de la disolución de la sociedad del virus no reconocen las fronteras.
Si bien el ataque a la salud humana será, con suerte, temporal, la agitación política y económica que ha desatado podría durar generaciones. Ningún país, ni siquiera Estados Unidos, puede en un esfuerzo puramente nacional superar el virus.
Hay que apuntalar la resiliencia mundial a las enfermedades infecciosas; no ser complacientes por los avances de L.A. y asimismo se necesita nuevas técnicas y tecnologías para el control de infecciones. La pandemia ha provocado un anacronismo, un renacimiento de la ciudad amurallada en una época en la que la prosperidad depende del comercio y el movimiento mundial de las personas.
La moderación es necesaria por todas las partes, tanto en la política interna como en la diplomacia internacional. Pasamos de la Batalla de las Ardenas a un mundo de creciente prosperidad y mayor dignidad humana.
Ahora, vivimos un período de época. El desafío histórico para los líderes es gestionar la crisis mientras se construye el futuro. El fracaso podría incendiar el mundo, sentencia.
