OPINIÓN | Dennis Falvy: Esto no es nada bueno para Shangái
En un contexto de una variante denominada XE, The Economist señala que China se enfrenta actualmente a su peor brote desde que comenzó la pandemia en la ciudad de Wuhan en el 2020.
Cada día miles de casos nuevos de la variante Ómicron, altamente transmisible, aparecen para asombro incluso del mundo entero. Las grandes ciudades de Shenzhen y Shenyang, así como toda la provincia de jilin, han sido bloqueadas y ahora le tocó a Shanghái. Ella no tuvo grandes problemas para sus 25 millones de habitantes en los últimos dos años. El cierre cubre áreas donde se encuentra el principal centro financiero. Para mantener la bolsa de valores en funcionamiento, se dice que los empleados duermen en el piso de ella.
Tesla suspenderá la producción en su fábrica de autos eléctricos en la ciudad, según Reuters. Esto hace recordar a Shenzhen, otra ciudad enredada en las cadenas de suministro globales y aunque el tráfico marítimo puede desviarse de Shanghái a otros puertos, a unos 100 km al sur, el flujo transfronterizo de personas se ve interrumpido. Lo mismo con los vuelos aéreos y el turismo no puede estar peor.
Se estima que un cierre de un mes en Shanghái y sus efectos indirectos reducirían en un asombroso 4% el PBI de China en ese período. Cualquiera que sea el costo, a corto plazo, el experimento de Shanghái es la prueba más grande hasta ahora del “covid cero” de China para extinguir el virus.
Se confía mucho que las “burbujas de producción”, instituidas en Shenzhen para transportar a los trabajadores hacia y desde las fábricas, también funcione en Shanghái. Si lo hacen, China puede aferrarse a su estrategia draconiana por más tiempo. Si fallan, como podrían hacerlo frente a Ómicron, las autoridades estarán bajo presión. La incertidumbre sobre este virus, en realidad atemoriza. Y aquí en Perú parece que no hubiera habido virus alguno, aunque al menos en RPP el Dr. Huerta informó algo al respecto.
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