15/12/2018 / Exitosa Noticias / Actualidad / Actualizado al 09/01/2023
Hace muchos años en la esquina de la cuadra 8 de la Av. Grau, haciendo esquina con el Hospital Almenara y frente a la Facultad de Medicina de San Fernando, existía en un pequeño local de dos pisos, la Asistencia Pública, la que atendía Emergencias las 24 horas del día, con una gran plantilla de médicos, cirujanos, traumatólogos, masiva afluencia de pacientes y mucho prestigio. Al inaugurarse el Hospital de Emergencias “Casimiro Ulloa” en San Antonio quedó en desuso. En 1982 yo era viceministro de Salud y el ministro Juan Franco y debatíamos qué uso darle para aprovechar su insuficiente infraestructura y recursos. Juan pensaba convertirla en el Centro Neurálgico de una gran cadena de Emergencias para Lima o un Centro de Rehabilitación del drogadicto.
En ese entonces la mortalidad infantil era alta y una de sus causas más influyentes la deshidratación por diarrea (recién introducíamos la Estrategia de la Rehidratación Oral), las Emergencias del Hospital Materno Infantil San Bartolomé a sólo 4 cuadras frente a la Maternidad de Lima (antes de mudarse al viejo local del INEN en la Av. Alfonso Ugarte) y la del Hospital del Niño, no tenían espacio para recibir más niños deshidratados recibiendo suero endovenoso, ocupando 6 ó 7 de ellos una sola camilla, mi posición era la de crear un Centro de Emergencias Pediátricas. El tiempo pasó y me tocó la responsabilidad de ser ministro y debí asumir el reto de mi terca apuesta. Racionalizando los escasos recursos económicos, humanos y materiales con que contábamos creamos el “Hospital de Emergencias Pediátricas” con tan sólo 2 incubadoras, 4 cunas y 6 camas, una Sala de Operaciones y una pequeña planta de pediatras, cirujanos pediatras, traumatólogos y anestesiólogos así como enfermeras, auxiliares, técnicos y personal administrativo.
Lo inauguramos el 12 de julio de 1985, hace 33 años. En la inauguración recuerdo claramente las palabras que el presidente Belaunde me dijera: “LO PEQUEÑO ES HERMOSO y esta es una pequeña gran obra que no imaginamos siquiera hasta donde va a crecer...”. Hoy 33 años después este hospital ha crecido hasta tener más 80 camas, varios pisos de altura, ha adquirido las propiedades aledañas y construido nueva infraestructura extendiéndose hasta la Prolongación Huamanga, que es la calle que sigue a la esquina donde fue fundado, cubre todas las especialidades de la pediatría, está equipado con tecnología de punta en sus Unidades de Cuidados Intensivos Pediátricos y Neonatal, cuanta con dos modernas Salas de Operaciones y en el Servicio de Imágenes, Resonador y Tomógrafo que cualquier Centro del más alto nivel ambicionaría y allí laboran los más calificados especialistas en las distintas especialidades que lo han convertido en un centro de referencia a nivel nacional.
No se equivocó el presidente Belaunde al decir “QUE LO PEQUEÑO ES HERMOSO”.