OPINIÓN|Luis Angeles Laynes:¿Y la esperada reconstrucción?
El presidente Martín Vizcarra se reunió ayer con 120 alcaldes electos de provincias y distritos con mayores necesidades para ser atendidas, y anunció que desde hoy sus ministros se desplazarán por todas las regiones del país para entrevistarse con las autoridades elegidas en los comicios de octubre a fin de trabajar en una estrategia común.La reunión y el anuncio se dan en un momento en que el país, a través de una encuesta que comentamos hace unos días, reclama una serie de obras y solución urgente a problemas que los afecta directamente.
Y en este contexto nos preguntamos si estas visitas y reuniones servirán para cumplir por fin la famosa reconstrucción con cambios que se puso en marcha en el norte del país, tras los desastres ocasionados por El Niño costero y que, casi dos años después, es muy poco lo que se ha avanzado.
No olvidemos que estamos ad portas de un nuevo año y se anuncia la llegada de este mismo fenómeno natural. Aunque no se puede determinar la magnitud que tendrá, es importante saber qué medidas de prevención se han trabajado en este tiempo para defendernos de lluvias e inundaciones, sobre todo las familias que aún no se recuperan del castigo de la naturaleza.
Saludamos el gesto del presidente Vizcarra de reunirse con las autoridades electas para trabajar una estrategia común, pero esta estrategia debe estar acompañada con un apoyo concreto del Gobierno para la ejecución de obras y atención de sus necesidades.
Esperamos que esta no sea una de tantas reuniones en que se ofrece de todo a las autoridades, pero con el paso del tiempo casi nada de lo ofrecido se cumple.El presidente dice que como no se puede traer a todos los alcaldes electos, su gobierno acudirá a todas las regiones del país, “no quedará una que no visitemos hasta mediados de diciembre”, y “ninguna autoridad electa sin atención directa y coordinación con el Ejecutivo”.
Ojalá que este sea un giro de timón a su gestión que en los últimos meses ha estado más dedicada a una confrontación con el Congreso bajo el discurso de una lucha frontal contra la corrupción. Si bien ello le ha dado réditos políticos con un imparable crecimiento de su aprobación, también es cierto que esta luna de miel con el pueblo se puede terminar si su gobierno no cumple con las obras prometidas. Si no se pone las pilas, el mismo pueblo que hoy le aplaude, puede terminar dándole la espalda. Ha llegado la hora de cumplir con el reclamo de la gente de a pie.