Nivel de endeudamiento público del país promedia los S/ 25 mil millones

Por: Dennis Falvy

En el Perú se promociona la deuda pública con un tope del 30% del PBI para obtener el beneficio de “grado de inversión” de acuerdo a las Clasificadoras de Riesgo, cuando sincerando el nivel de deuda fácilmente podríamos llegar al 100% del PBI, es decir, USD 220,000.

Así se omite los USD 35,000 millones de deuda privada que consignan a varias empresas extranjeras residentes del país. No se explicita la deuda previsional y la de las APP, que el Consejo Fiscal alguna vez señaló consignaban un 30% del PBI. En rigor, al menos se debería tomar en consideración un 10% de contingencias, más que nada cuando nos reclaman al menos USD 917 millones de base para un bono guanero del año 1875.

Otro factor que se promociona a cabalidad son las Reservas Internacionales netas del Banco Central de Reservas (BCR), las que consisten en activos usados por los bancos centrales para dar apoyo a los pasivos. Por este motivo, la reserva internacional es un indicador acerca de la capacidad del país para financiar importaciones, defendernos de shocks externos y otros menesteres.

En la actualidad, las RIN ascienden a USD 65,000 millones, a los que hay que restarle unos USD 25,000 millones de obligaciones con residentes; quedando USD 40,000 millones, lo que se conoce como 'Posición de Cambio'. Estos activos en su mayoría están depositados en bancos suizos o asignados en bonos soberanos y el Banco Central por razones que jamás ha explicado, no invierte parte de esta liquidez en el metal oro, cosa que si hacen otros bancos centrales de países grandes como Rusia y China.

Deuda peruana

Advertimos que aun cuando el endeudamiento peruano parece nada, pretender comparar el nivel de deuda con los países grandes es una aberración. Países como Estados Unidos, Japón o China sobrepasan el 100% de su PBI, siendo la de Japón más del 200%.

Sin embargo con el “too big to fail”, que traducido al español significa “demasiado grande para quebrar”, siempre los bancos de países grandes socializan sus pérdidas. Además, sus bancos centrales tienen la potestad de emitir dinero con los que todavía lo hace el BCE, el Japonés, y pronto nuevamente la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed). Hasta el Banco Suizo emite francos que los orienta a la Bolsa.

Pero no es que uno traiga acompasada la mala suerte y se libre de ella del todo, como sugiere el término “Yetatore”. En el Perú, después de pretender estatizar el sistema financiero en el año 1987 en la administración del fallecido ex presidente Alan García, en la del expresidente Alberto Fujimori se legalizó la usura para los banqueros.

Con ello los chilenos trajeron su “Banco Chamba” con tasas efectivas de 600% por 3 años, así como ningún derecho a prepagar los créditos contractuados y renuncia al denominado beneficio de excusión, es decir, que el banco podía ir directamente a su avalador si no se pagaba.

Préstamos caros

Se promocionaban préstamos a repagar en tres años pero si era para comprar un TV lo que devolvías era el equivalente a seis televisores y un radio de 'yapa'. Pero ganaron con sus compañeros con frases como que no hay peor préstamo que el que no se da y lo último, con el invento que los informales usureros si cobraban 800% anual y que el sistema tan sólo un poquito más del 100% por año.

La defensa para no poner un tope estuvo a cargo de Julio Velarde, del BCR, y Socorro Heysen, hoy de la SBS. Hay pues una falta de disposición de cambio, de al menos poner un tope en la tasa de interés.

Endeudarse no es malo, ante una eventualidad o si quieres comprarte un auto a plazos o tu apartamento. En ese caso nadie te cobra el 100% anual. El problema es el consumismo que trae el “yetatorismo”. Si a esto, se advierte que hay un problema en el manejo de las finanzas públicas, derivado de un presupuesto que se amplía cada año sin tener el mismo comportamiento los ingresos tributarios, casi el 75% del presupuesto es para gastos corrientes y pago de deuda.

Además, el nivel de endeudamiento de año tras año es de más o menos de S/ 25,000 millones, que se utiliza bonos inclusive para tomar dinero del fondo de las AFP y hasta de disponga de recursos del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), que este mantiene como reservas en el BCRP.

Además, el gasto no tiene límite, ello se hace como si el dinero sobrara. Ejemplo de ello son los S/ 1,700 millones en consultorías, que carece de mayor explicación de parte del Gobierno y hasta fue minimizado en la exposición que hiciera el Primer Ministro en la presentación última ante el Congreso. Otro ejemplo es en publicidad para los medios que respaldan al Gobierno.

En rigor, no propiciamos la mala suerte, pero si así se sigue, la economía se irá en picada dañando a los más pobres.