Nicolás Lúcar: "Vivir en Lima se ha convertido en una pesadilla"

Lima cumple 485 años desde su fundación española, y la verdad es que no hay derecho de que vivamos como vivimos en Lima. Vivir en Lima se ha convertido en una pesadilla, y Lima fue y debió no perder ese lugar, probablemente, de la ciudad más importante de Latinoamérica en determinado momento. Era la capital del virreinato español. Lima era una ciudad hermosa.

Pero producto de diversas circunstancias que tuvieron que ver con la catástrofe del final del gobierno de Velasco Alvarado, el fracaso de una reforma agraria que era necesaria pero que se hizo mal, y que terminó con una migración brutal hacia las ciudades y convirtió a Lima en una ciudad que se desarrolló sin ningún plan, sin ningún proyecto, sin ningún orden.

Somos una ciudad que recién está empezando a hacer el Metro, cuando en otras ciudades existe hace décadas de décadas. No hemos resuelto problemas básicos como el transporte público, como el recojo de residuos sólidos. Y lamentablemente no hemos tenido en los últimos años las autoridades municipales a las que teníamos derecho.

No tenemos autoridades que estén sintonizadas con los problemas que vive cotidianamente el ciudadano. Moverse de un lado a otro en Lima es una pesadilla realmente inaceptable. Y lo que se le ocurre al señor Muñoz es el "pico y placa", que está dirigido al transporte particular, donde se mueve la inmensa minoría de la gente.

De todo este balance, lo que a mí me resulta sinceramente decepcionante es esta especia de pérdida de dignidad como ciudad y como ciudadanos. Tenemos una empresa que se llama Emape, la empresa municipal administradora de los peajes. Era una empresa que funcionaba, pero se le entregó a dos concesionarias brasileñas por corrupción. Se les regaló un negocio multimillonario en condiciones absolutamente groseras. Y se condenó a la ciudad a lo que es hoy.

Tuvimos durante años un alcalde "mudo", y mucha gente tiene la percepción de que ahora tenemos uno "sordo", uno que toma decisiones y después habla con la gente que es perjudicada por esas decisiones.