06/12/2019 / Exitosa Noticias / Actualidad / Actualizado al 09/01/2023
La pregunta una vez más es para quién se gobierna en el Perú, para quién se toman las decisiones, para quién se estructuran las instituciones y se legisla. Y esto tiene que ver con prácticamente toda las áreas de la vida nacional.
Uno va recorriendo sector por sector, y se encuentra con los peajes donde no pasa nada, se encuentra con las tarifas eléctricas que es una vergüenza y una falta de respeto a los consumidores, y en particular a los jubilados.
Pero el caso de los bancos ya es grosero. El ser banquero en el Perú es mejor negocio que ser narcotraficante, porque tienen unas utilidades que simplemente son fuera de toda proporción y razonabilidad. Porque uno va a un banco a depositar su dinero como ahorro, y le dan un sencillo como premio por haber dejado su dinero ahí. Y encima te cobran por casi todo, o sea, respiras dentro de un banco y te cobran.
Y en el Perú no tiene límite la cobranza de intereses. Hay tiendas por departamentos que han creado bancos, porque es mejor negocio el ganar dinero con los intereses, que vender productos en sus tiendas. Prácticamente te obligan a comprar al crédito, porque ahí está el negocio en el Perú.
Y cada vez que se llama la atención sobre esto, la Superintendencia de Banca y Seguros mira para el techo, mira para otro lado. No puede ser que en el Perú no haya límites a las tasas de interés. No puede ser que la diferencia entre lo que te pagan cuando depositas como ahorro y lo que te cobran cuando solicitas el crédito, sea un abismo. Por ejemplo, en el Perú hay empresas que cobran siete veces más que lo que cobran en Chile. Es inaceptable.
Una vez más, para quién se gobierna. Se tiene que pensar en la gente que es usuaria del sistema bancario y financiero, en los consumidores comunes y corrientes que están endeudados hasta el cuello con tasas de interés impagables. Se tiene que pensar en los micro y pequeños empresarios que no tienen acceso a créditos como deberían tener. Se tiene que pensar en el derecho que tiene todo el mundo de tener una tarjeta de crédito con tasas razonables de interés.