Minsa advierte que filmar un caso de bullying es un acto de violencia porque expone a los niños
El especialista de la Dirección de Salud Mental del Ministerio de Salud (Minsa), Carlos Bromley Coloma, expresó su preocupación ante el aumento de los casos de bullying o acoso escolar, al igual que todos los problemas de salud mental pospandemia, por lo que señaló que es momento de actuar.
Si bien la violencia en los colegios ya existía en el pasado en forma de disputas entre los estudiante y estaba normalizada, Bromley considera que esto debe cambiar ya que puede ocasionar daños en la salud mental y es un problema para la salud pública.
“Esto es lo más terrible, porque se viraliza y corre el riesgo que se extienda a otros colegios o escenarios. El miedo que sienten los niños víctimas de bullying es intenso, quedan marcados por mucho tiempo, necesitan terapia personal y familiar para superar este difícil momento”, detalló el médico psiquiatra.
Según explicó, existen tres componentes en los casos de bullying: el agresor o grupo de agresores, el agredido o grupo de agredidos y el espectador o grupo de espectadores, quienes antes miraban la agresión, estaban atentos a lo que sucedía, pero ahora hay niñas y niños que graban para luego exponer ese material en las redes sociales.
“Esto es lo más terrible, porque se viraliza y corre el riesgo que se extienda a otros colegios o escenarios. El miedo que sienten los niños víctimas de bullying es intenso, quedan marcados por mucho tiempo, necesitan terapia personal y familiar para superar este difícil momento”, detalló el médico psiquiatra.
Carlos Bromley refirió que en los últimos meses han ocurrido casos de bullying muy crueles, y que además, se intenta generar una cultura de filmar grabar este hecho, lo cual también es un acto de violencia. Asimismo, resaltó la importancia de que los padres supervisen los programas y videojuegos que consumen sus hijos y que se han incrementado en estos dos últimos años.
“La filmación en sí es un acto violento porque expone a las niñas y niños participantes a que sean conocidos y genera un estigma sobre ellos. Además, las víctimas sienten mucha vergüenza, miedo y temor de relacionarse con los demás. Se vuelven inseguros, tímidos y no quieren salir de sus casas porque tienen temor a que se les identifique como parte del grupo vulnerable de la sociedad”, refirió el especialista.
Más en Exitosa