Japón despierta polémica tras decisión de verter más de un millón de agua de Fukushima al mar
El Gobierno de Japón anunció este martes que verterá al mar más de un millón de toneladas de agua procedente de la accidentada central nuclear de Fukushima, una vez que sea tratada y baje su nivel de reactividad, pese a la oposición de países vecinos.
La decisión fue tomada tras siete años de debate sobre cómo deshacerse del agua de lluvia, de las capas subterráneas o de las inyecciones necesarias para enfriar los núcleos de los reactores nucleares que entraron en fusión como consecuencia del tsunami del 11 de marzo d 2011.
De acuerdo con el primer ministro Yoshihide Suga, el agua será vertida “después de asegurarnos de que esté a un nivel (de sustancias radiactivas) claramente inferior a los estándares de seguridad”. Se trata de un total de 1.25 millones de toneladas de agua contaminada almacenadas en más de mil cisternas cerca de la central nuclear, en el noroeste de Japón.
Los primeros en rechazar esta decisión con los pescadores y agricultores de la zona, quienes prevén que se afecte su actividad comercial por una posible contaminación de la producción.
Por su parte, la organización ecologista Greenpeace consideró que se debería seguir almacenado el agua contaminada hasta que exista la tecnología que la descontamine por completo. “Decisión completamente injustificada de contaminar deliberadamente el océano Pacífico con residuos nucleares”, señaló.
Los países vecinos como China y Corea del Sur también rechazaron la decisión del Gobierno japonés. Beijing calificó de “extremadamente irresponsable” la decisión de Japón, que “dañará mucho la salud y la seguridad pública en el mundo, así como los intereses vitales de los países vecinos”.
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