Feminicidios y hechos que remecieron el 2019
"Los policías no quisieron ir rápido, ni con el fuego que salía de la casa. Han podido llegar y salvar a la familia". Jesica Tejeda fue asesinada por su pareja, Juan Huaripata, junto con tres de sus cuatro hijos. La comisaría estaba ubicada a una cuadra de su vivienda, pero los agentes demoraron media hora en llegar.
El sonado caso ocurrió la madrugada del domingo 22 de diciembre en El Agustino y es, quizás, el mejor reflejo del nivel de violencia machista, indolencia y desatención que vive el país en materia de feminicidios. Según el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, en el año se reportaron 165 víctimas, la cifra más alta de la última década.
Descuartizamientos
También hubo una mujer descuartizada en Puno, una menor de 15 años asesinada por su pareja y escondida debajo de una cama en Chorrillos, entre otros. Y después de cuatro años de lucha, el 8 de julio fue condenado a 11 años de prisión-por tentativa de feminicidio-Adriano Pozo, agresor de Arlette Contreras. El Poder Judicial anuló la sentencia por violación.
La mañana del 9 de setiembre, Lima amaneció envuelta en el más absoluto horror tras el hallazgo de los restos descuartizados de Jafet Torrico Jara y el venezolano Rubén Matamoros Delgado. Ambos fueron asesinados por los compatriotas de este último en el hostal Señor de Sipán, en San Martín de Porres. La Policía capturó a parte de los responsables.
Protestas y más protestas
Si bien no sucedió como en otros países, el Perú no estuvo exento de protestas. El 22 de agosto, transportistas y vecinos marcharon en la Panamericana norte, a la altura de Puente Piedra, para exigir la anulación de los peajes. Llegaron a tal punto que el alcalde de Lima, Jorge Muñoz, anunció una renegociación y la nulidad del contrato con Lamsac.
Días después, el 17 de setiembre, estudiantes de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos tomaron la casa de estudios en rechazo a la posibilidad de ceder 9,500 m2 de terreno para obras viales. Luego de idas y vueltas entre el rector y el burgomaestre, se acordó no recortar el campus. Otros en protestar fueron los colectiveros (25 de noviembre).
Aniego y derrumbes
Y si retrocedemos un poco, el 13 de enero ocurrió un aniego de aguas residuales en la urbanización Los Jardines, en San Juan de Lurigancho. Afectó a 2 mil personas, 243 viviendas y dejó varias semanas sin agua potable al distrito más poblado de la capital. La estación Pirámide del Sol del Metro de Lima estuvo cerrada por 11 meses.
A estos hechos se suman los derrumbes en la Costa Verde de Magdalena y Barranco-el 8 de agosto y el 18 de diciembre-, el brote del síndrome de Guillain Barré entre mayo y junio, la muerte de Alexandra Porras y Carlos Campos en un local de Mcdonald's (15 de diciembre) y la universidades con licencia institucional denegada.
Lo peor y lo mejor
Los accidentes también marcaron el año: 21 muertos por la caída de un bus de la empresa Expreso Internacional Palomino en Cusco (1 de octubre), 18 fallecidos por un accidente similar en La Libertad (2 de noviembre) y más. En Lima el caso que llamó la atención fue el de Melisa González Gagliuffi, que arrolló y mató a dos en San Isidro.
Finalmente, uno de los personajes del año fue Yaqoob Ahmed Mubarak, el empresario árabe que en el último año ayudó, junto a su socio mexicano Gilberto Rosas, a decenas de personas en Lima y el interior del país. Comenzó construyendo una casa para el pequeño Víctor Angulo, conocido por estudiar bajo la luz de un poste en Trujillo.