
29/04/2019 / Exitosa Noticias / Actualidad / Actualizado al 09/01/2023
Alan Gabriel Ludwig García Pérez no solo fue el líder aprista del verbo florido y la oratoria que enardecía plazas, sino también el político de las ingeniosas frases. Esos dardos verbales, a veces medidos, otros improvisados por la euforia, podían hacer tambalear a su enemigo o menoscabar su propio prestigio. Pero nunca pasaron desapercibidos.
Bastó acuñar en el 2013 la frase irónica de “la reelección conyugal” para petardear las presuntas aspiraciones del expresidente Ollanta Humala y Nadine Heredia a las Elecciones del 2016. La frase se hizo famosa en pocas horas casi como un slogan publicitario lapidario.
Pero también hubo patinadas verbales y desaciertos muy comentados, como en 1988, cuando un joven García dijo que Sendero Luminoso tenía “mística de entrega” porque sacrificaban su vida por sus ideas. Estuvo también aquella de que “en política no hay que ser ingenuo”, frase que corrió por los pasillo del poder y fue dicha a uno de los representantes de la Confiep, tras la estatización de la banca.
En su segundo gobierno, García cometió el error de arremeter contra los 400 mil nativos durante el enfrentamiento en Bagua al decir que “no son ciudadanos de primera clase”. Estuvo también aquella, casi festiva frase “la plata llega sola”, que contó como una infidencia el periodista Jaime Bayly, quien comentó que fue expresada por el exmandatario tras confesarle sus aspiraciones políticas.
En sus últimos meses de vida, el expresidente negó estar involucrado en las investigaciones de corrupción de Odebrecht. Fue en estos tiempos que salió un García, algo cansado y fastidiado diciendo en público y Twitter: “yo no nací para ladrón“ y “otros se venden, yo no” . Asimismo, deslindó con los demás mandatarios acusados, agregando “a mí no me metan en la pandilla de los expresidentes”. Pero la más recordada será su frase retadora: “Demuéstrenmelo pues imbéciles, demuéstrenlo”.
Sin embargo, las marcas históricas no se borran. Su primer gobierno será recordado como muy negativo, con la peor crisis económica de la historia del Perú. Su segundo gobierno presenta matices por las cifras económicas positivas y una sensación de orden, pero igualmente salpicada con denuncias de corrupción.
Escrito por: Roberto Sánchez Reyes