06/09/2019 / Exitosa Noticias / Actualidad / Actualizado al 09/01/2023
Los casos de embarazo adolescente se incrementan de un año a año de manera sostenida. ¿Qué está sucediendo en las familias de nuestro país para que se registre este aumento sostenido? ¿Qué factores están asociados a este fenómeno?
El problema al hablar de los embarazos a esta edad es que ya es una emergencia sanitaria. Las últimas estadísticas precisan que el promedio nacional es de 13.4% y en el área rural llega a 23.2%.
En términos más simples, cuatro adolescentes menores de 15 años se embarazan diariamente en el país.
Para los expertos, el embarazo a temprana edad genera, genera graves problemas en los ámbitos familiar y social, porque aparte que la adolescente debe enfrentar a sus padres y familia, se ve obligada a abandonar sus estudios, prolongando -especialmente en las comunidades más alejadas- el círculo de la pobreza.
Esto, porque la joven no va a estar preparada, entrenada para acceder a labores bien remuneradas o porque debe dedicarse a la crianza de su hijo.
El doctor Percy Cole Salazar, terapeuta, docente universitario, quien ha participado en diversos estudios al respecto, dice que el adelanto de la maternidad se encuentra relacionado con el desarrollo de los procesos de diferenciación y de la identidad personal y sexual de los y las adolescentes.
“El desarrollo de la identidad es un proceso de aprendizaje continuo que incluye el reconocimiento de las características personales, la incorporación y pertenencia a un grupo de pares, el reconocimiento, canalización y socialización de impulsos, como carga genética, que trae el niño (a) al nacer”.
Cómo preparar a los adolescentes a enfrentar este periodo de la vida, Cole Salazar afirma que las condiciones materiales y emocionales de la familia influyen en el proceso educativo de los niños y niñas. A tal punto que lo que aprendan los hijos en esta etapa lo reflejarán en todos los actos de su vida como adolescentes y adultos.
“En su mayor parte los adolescentes convertidos en padres y madres a temprana edad provienen de hogares con una estructura fuertemente endogámica, con características de matrilocalidad (residencia) y matrilinealidad (filiación). Con estilos de relación y sistemas de vínculos particulares caracterizados por relaciones simbióticas e indiferenciadas entre sus miembros”.
A continuación agrega que en grupos con estas características los adolescentes presentan un desarrollo pobre y primario de la conciencia de sí mismos y, por lo tanto, poca o nula conciencia de sus derechos. Asimismo, presentan niveles de autoestima y autocuidado reducidos, habilidades sociales no elaboradas por el nivel concreto de pensamiento asociado a la indiferenciación, lo que a su vez limita el desarrollo de su identidad.
Para el especialista en este tipo de estructuras sociales el individuo -adolescente- tiene un pobre conocimiento de sí mismo, lo que influye negativamente en la autoestima y el autocuidado, porque “es muy difícil valorar lo que no se conoce y tampoco se puede proteger o cuidar lo que no se valora. Más bien el sentimiento de minusvalía se encuentra asociado a un escaso desarrollo de la identidad, cuando es poco o nada diferenciada no le permite al individuo identificar intereses propios que lo motiven.
“Es una voz que pide comprensión”
Cole Salazar dice que desde una perspectiva del análisis de la psicología el embarazo adolescente es un grito de alarma, una voz de auxilio en búsqueda de ayuda y comprensión. Un recurso concreto, y por lo mismo peligroso, dada su falta de integralidad para escapar de la escena endogámica y del incesto.
Como consecuencia del embarazo adolescente la relación con la familia se hace más discriminada y clara porque se relacionan a partir de roles más diferenciados. Al menos por un tiempo.