CEAS: Las cárceles son un síntoma de nuestras sociedades
La Comisión Episcopal de Acción Social (CEAS) expuso sus aportes sobre condiciones carcelarias frente a la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH) ya que en voz de monseñor Jorge Izaguirre, presidente de CEAS y de la Pastoral Carcelaria Nacional, “las cárceles son un síntoma de cómo estamos como sociedad, un síntoma de silencios y omisiones”, lo dijo durante su participación en la Audiencia Pública de la Solicitud de Opinión Consultiva sobre Enfoques Diferenciados en materia de Personas Privadas de Libertad.
Respecto a las propuestas concretas, CEAS recomendó para las mujeres privadas de libertad embarazadas, en posparto y lactantes calidad y cantidad de suplementos alimentarios y nutricionales, además de un número suficiente de personal médico, en especial ginecólogas. Para personas de pueblos originarios es necesario garantizar su identidad étnica y cultural, en especial su idioma y costumbres, siempre que no afecten la seguridad penitenciaria y, al mismo tiempo, darles un espacio seguro sin aislarlas o segregarlas.
Para las personas mayores se recomendó ubicarlas en los primeros pisos para garantizar la accesibilidad y la movilidad, así como personal médico geriátrico y psicológico especializado. Sobre niños y niñas que viven en cárceles con sus madres es necesario un ambiente que permita la convivencia sumado a una alimentación y educación adecuadas, señaló el presidente de CEAS.
Asimismo, el representante de CEAS sugirió considerar el enfoque diferenciado en los grupos que requieren una atención específica a fin de garantizar la vigencia de sus derechos, gozar de la igualdad y la prohibición de toda forma de discriminación, en especial, las personas con discapacidad mental, extranjeras, con enfermedades crónicas y degenerativas y los enfermos terminales.
Dignidad Humana
Monseñor Izaguirre explicó que “para la iglesia católica es una responsabilidad ética y exigencia de su misión pronunciarse sobre lo que ocurre dentro de las cárceles para generar los cambios necesarios y alcanzar condiciones carcelarias acordes a la dignidad humana”.
Destacó la labor de 62 equipos de voluntarios que realizan labor pastoral en las 69 cárceles existentes en Perú. Es la primera vez que la Iglesia participa ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos.