Altar peruano que pasó 100 años en Suecia retornará tras ser entregado por una familia: Era su último deseo
Un altar de origen peruano, utilizado para rituales religiosos y construido por la Orden de Monjes Dominicos en el lejano 1650, fue recuperado por la Embajada del Perú en el Reino de Suecia. Se espera que, una vez concluidos los procesos administrativos, este valioso objeto pueda ser repatriado a tierras peruanas.
Retornan valiosa pieza histórica
Se trata de un ara de estilo Barroco español, catalogada como Patrimonio Cultural de la Nación por el Ministerio de Cultura. Esta permaneció durante décadas en poder de una familia sueca, luego de ser adquirida en la ciudad del Cusco por el entonces embajador de Suecia en Argentina, Carl Filibert Hutgren, quien estuvo de paso por el Perú durante el centenario de la independencia.
Tras un largo periplo, el sagrario, que fue desarmado y embalado en 17 cajas, fue trasladado a Suecia a través de los puertos de Mollendo y Valparaíso. Finalmente, llegó a su destino entre 1921 y 1922, con la intención de ser instalado en la catedral de Uppsala, a 65 kilómetros de Estocolmo, como un regalo para la esposa del diplomático.
Sin embargo, debido a sus grandes dimensiones, no pudo ser incorporado al recinto religioso y permaneció almacenado. En 1971, una subasta cambió su destino: el altar fue adquirido, como parte de una herencia, por los hermanos Johan y Jan Gripmar.
Último deseo era retornar el altar al Perú
Fueron precisamente estos ciudadanos quienes, en 2024, se pusieron en contacto con la Embajada del Perú en Suecia con un propósito claro: cumplir el último deseo de su madre, quien había manifestado su voluntad de que el altar regresara a su lugar de origen.
A raíz de este contacto, una misión peruana realizó estudios para verificar el estado del altar y constatar su autenticidad. Desde entonces, se iniciaron los trámites para su restitución y repatriación, a través de la Dirección de Patrimonio Cultural del Ministerio de Relaciones Exteriores y el Ministerio de Cultura.
El altar será trasladado vía aérea al Perú, tras haber pasado más de 100 años fuera del país donde fue creado. Una vez en territorio nacional, será estudiado, conservado y puesto en valor por las autoridades competentes del Ministerio de Cultura.
De este modo, un altar histórico que permaneció un siglo en Suecia regresará al Perú, como resultado de un trabajo articulado entre la embajada peruana en ese país y las autoridades culturales nacionales.